Incidente de laguna Chuquisaca

Esta tarea debía realizarse evitando provocaciones con los puestos paraguayos que pudieran encontrarse en esa dirección del avance.

En abril de 1932, esa misión fue encomendada al capitán Víctor Ustárez, considerado como el más hábil explorador del ejército boliviano, que recorrió con su grupo más de 200 km, en varios sentidos, sin poder establecer ese enlace.

Una vez conocida la novedad, el 26 de abril, mediante comunicación cablegráfica, la jefatura del Estado Mayor instruyó al comando de la 4.ª División (a cargo del coronel Peña) lo siguiente: "....el objeto, impónese urgentísima ocupación Laguna Grande", nombre inicial dado por el ejército boliviano a la laguna para diferenciarla de otras más pequeñas existentes al suroeste.

Salamanca aceptó esa misión advirtiendo a Osorio que se hiciese sin crear roces con los paraguayos.

Extrañamente, y pese a la protesta del coronel Enrique Peñaranda que quería dar la tercera misión al capitán Ustárez, fue un oficial de grado más alto, el mayor Moscoso, por decisión del Estado Mayor General, que tenía menos experiencia que aquel en el monte chaqueño, el que salió el 24 de mayo del fortín Camacho, con una fuerza de 25 soldados y 3 tenientes del RC-5 ’Lanza‘’ apoyados por guías aborígenes Chulupíes o Lenguas, en búsqueda de la laguna.

El ejército paraguayo denunció después la baja del cabo Liborio ( u Oliborio) Talavera como muerto, desaparecido o prisionero.

Solo dos meses atrás el fortín paraguayo había contado con una dotación de 45 soldados del RC-2 ‘’Coronel Toledo‘’.

Estableció dos retenes sobre picadas de acceso que se dirigen al noreste y sureste previendo la lógica reacción paraguaya.

El mismo Moscoso le había manifestado que, por razones topográficas, la ocupación del lago en su lado oeste lo alejaría del agua unos 3 km y que además ya había destruido el fortín paraguayo.

Aun así Peñaranda firmó la "representación" y años después de terminada la guerra del Chaco, interpelado públicamente por el historiador boliviano Querejazu Calvo, se justificó diciendo que había sufrido "una presión moral sofocante" de sus superiores.

Sin saber donde estaba el nuevo fortín pensó que la ocupación boliviana del lado oeste de la laguna podía transformarse en un límite natural entre Bolivia y Paraguay.

Tampoco era consistente con el plan puesto en marcha por Salamanca que, según la inteligencia paraguaya, consistía en reducir los efectivos del ejército por problemas en la economía boliviana afectada por la crisis mundial: caída del precio y el volumen de estaño exportado.

Haciendo coincidir la fecha de ataque con la retirada de los diplomáticos paraguayos acreditados en Washington en protesta por la ocupación boliviana, Estigarribia envió el segundo contingente al mando del capitán Abdón Coronel Palacios compuesto por 16 oficiales, 402 soldados, ametralladoras y morteros.

Resultó incomprensible que durante casi un mes de ocupación y sabiendo con certeza que los paraguayos tomarían las medidas necesarias para recuperar la zona, el Estado Mayor boliviano, que le había dado tanta importancia estratégica a la laguna, hasta el punto de montar todo un andamiaje para engañar a Salamanca, haya mantenido a Moscoso prácticamente aislado pues carecía de radio por lo que se comunicaba con estafetas a caballo que tardaban tres días en ir de la laguna al fortín Camacho, sin instrucciones precisas, sin apoyo de mayores y más capacitados refuerzos y sin municiones suficientes para resistir en su posición.

Miles de ciudadanos bolivianos que lo escuchaban, sin sospechar el engaño, morirían poco tiempo después en la desconocida y árida planicie chaqueña.

Ataque capitán Abdón Coronel Palacios.