Los chamacocos, ybytosos o yshyr (='personas', léase [ɨʃɨɾ]) según se denominan a sí mismos, escrito en algunos textos iśir, ishiro, öshör, ïsïrï, también conocidos como jeywo, son un pueblo indígena del Chaco Boreal que en Paraguay habita el departamento de Alto Paraguay junto a la costa del río Paraguay, junto con pequeños grupos que han emigrado a otros departamentos, y en Brasil existe un pequeño grupo autóctono (40 en 1994) en la Reserva Indígena Kadiwéu del estado de Mato Grosso del Sur.Hablan su propio dialecto y se han diferenciado culturalmente de los yshyr ybytoso que forman el grupo principal, por lo que la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC) del Paraguay los clasifica como una etnia separada.[5] El primer contacto de los tomárahos con los ybytosos fue en 1981, cuando Bruno Barras y Guillermo Mallero, yshyr de Fuerte Olimpo, se dirigieron a San Carlos para llevar a cabo el primer Censo Indígena Nacional.Los yshyr subsisten precariamente encontrando sustento en el cultivo de mandioca, batatas, frijoles, maíz, calabaza y sandía.Grupos de yshyr disidentes, conocidos como «yacareceros», se dedican a la caza furtiva del yacaré, actividad prohibida, «Contingentes de quince a veinte hombres que parten en canoas río arriba, y se internan por los bañados del río Negro.Acorde con datos del Instituto Socio ambiental (ISA), en Brasil, en 1994, habitaban 40 individuos de la etnia en la Reserva Indígena Kadiwéu.A su vez las casas se agrupaban por clanes totémicos, los cuales estaban algo más separados entre sí.Puede verse que esta disposición permite aprovechar el sol de la mañana y genera un espacio central protegido.Al igual que en los grupos guaraníticos, los yshyr compartían el producto de la caza y la recolección con toda su comunidad.Con el transcurso del tiempo, por sus conocimientos o proezas, el konzehet podía llegar a convertirse en konzehet bahlut, y formar parte del konzaho deio (consejo de ancianos, o grandes chamanes).Las decisiones eran tomadas por los pölohto hnedeio (Grandes jefes guerreros) dirigidos por el pölohtet, que no era un superior, sino más bien un primus inter pares.En La maldición de Nemur reside, precisamente, la función social del arte y el mito yshyr.«Tu pueblo es numeroso», contesta Nemur desde la otra ribera, «pero queda para siempre obligado a cumplir las palabras; de no hacerlo, las enfermedades, el hambre y los enemigos irán acabándolo hasta que el último kytymáraha se extinga».Los yshyr también tienen otra institución mítica fundamental que promueve la utilización equilibrada de los recursos del hábitat: la figura del Señor de los Animales: Cada animal tiene su dueño, (su "balut" o su abogado) que simultáneamente facilita la caza y sanciona severamente sus excesos.[18] Los chamacocos colocan en la cumbre de la jerarquía celeste a la diosa Eschetewuarha, que, siendo mujer del Gran Espíritu, lo dominaba y reinaba sobre el mundo.