Era la formación más poderosa del Grupo de Ejércitos Sur, comandado por el mariscal Erich von Manstein.
Manstein requirió a Hitler permiso para retirar parte de las tropas y evitar el inminente cerco, pero el Führer denegó este pedido, como en el frente del Volga dos años antes.
El general Hube ordenó entonces que las unidades al sur del Dniéster avanzaran en sentido meridional para intentar romper el cerco, pero fracasó pues los soviéticos notaron la maniobra y aumentaron la presión en ese sector.
También era más difícil mantener la potencia de combate del 1.ᵉʳ Ejército Panzer si no había suficiente combustible para los tanques.
Hans Valentin Hube hubiera elegido huir con sus fuerzas hacia el sur para entrar en Rumania, pero semejante idea fue rechazada por Manstein: tal retirada sería demasiado larga y demoraría semanas para que el 1.ᵉʳ Ejército Panzer saliese de Rumania y pudiera volver al frente.
El 27 de marzo el 1.ᵉʳ Ejército Panzer inició la ruptura del cerco, hacia el río Zbruch, cruzándolo y obteniendo tres puentes en buen estado.
Los alemanes contaban con pocas raciones, pero se logró mantener la disciplina, enfocando todos los esfuerzos logísticos y tácticos en la retirada hacia el oeste, luchando con los soviéticos solamente como último recurso, y manteniendo a los tanques como cobertura de las demás tropas de infantería.
Estos ataques solo pudieron atrapar a la retaguardia del 1.ᵉʳ Ejército Panzer, aunque este se retiró sufriendo serias pérdidas.
Tal resultado le impidió participar en operaciones activas por varias semanas, mientras que el Segundo Frente Ucraniano del Ejército Rojo (a pesar de sus altísimas perdidas) lograba acercar sus líneas más al oeste.