Banco de Bilbao

El proyecto del arquitecto francés Lavalle se finalizó en 1868, si bien fue objeto de dos ampliaciones posteriores hasta 1898 diseñadas por Severino Achúcarro y Enrique Epalza.

En 1901, se fusionó con el Banco del Comercio, que había sido fundado en Bilbao en 1891, si bien esta firma no desapareció y mantuvo su personalidad jurídica, pasando sus acciones al Banco de Bilbao y manteniéndose como segunda marca de la entidad hasta el año 2000.

Por otra parte, en los primeros años del siglo se sucedieron diversos intentos para abrir agencias conjuntas con la Sociedad de Seguros La Polar en San Sebastián, Madrid y Londres.

La expansión continuó mediante la apertura de una sucursal en Vitoria, en 1913, a la que por fin seguiría una oficina en Madrid en 1918.

[1]​ El alto grado de internacionalización que llegó a adquirir el Banco, y la apertura de la economía española que traería consigo el ingreso en la CEE en 1986, llevó al Banco a buscar una fusión con otra entidad nacional de importancia que le permitiera adquirir un tamaño suficiente para continuar su expansión internacional y competir con las grandes entidades europeas, tanto en el mercado nacional como en Europa e Iberoamérica.

El procedimiento escogido para la operación -una OPA "hostil"- resultó un escándalo en su época y concitó el rechazo del resto del sector, acostumbrado hasta entonces a los "pactos entre caballeros" como forma habitual de actuación, hasta el punto que el Banco Central se sumó a la defensa de Banesto formulando una "contraopa" que limitaba las posibilidades de la lanzada por el Bilbao.

Sede social del BBVA (1868), en la plaza de San Nicolás, 4 en Bilbao .