[3][11] La primera víctima contabilizada fue la niña Alma Chavira Farel, en enero de 1993.
[15] En 1996, seis cuerpos fueron encontrados en la zona desértica Lomas de Poleo, acuchilladas, mutiladas y violadas.
Días después fue encontrada muerta en un terreno baldío, habiendo sido violada, estrangulada y acuchillada.
[4] Los lugares donde se han descubierto la mayoría de los cuerpos son: Lote Bravo, Granjas Santa Elena, colonia La Nueva Hermila, Eje Vial Juan Gabriel (Procuraduria General del estado hoy Fiscalía Zona Norte), faldas del Cerro del Cristo Negro y el Puente Libre que une a Juárez con El Paso, Texas.
Al mes siguiente, policías del FBI visitaron la ciudad para averiguar sobre los crímenes, habiendo estudiado previamente 24 expedientes de víctimas facilitados para su investigación.
[23] Existen diversos factores que han contribuido al desarrollo de los feminicidios en Ciudad Juárez y sus cercanías.
[25] Las mujeres suelen emigrar desde pueblos y zonas rurales de México a las ciudades industrializadas, donde es viable encontrar trabajo en las maquiladoras.
[26] De acuerdo a la escritora y empresaria Jessica Livingston, esta migración ha creado «un nuevo fenómeno de mujeres trabajadoras móviles, independientes y vulnerables» en ciudades como Ciudad Juárez.
[25] Según Pantaleo, «desde el punto de vista del patriarcado, hay dos expresiones en México comúnmente usadas para mostrar la diferencia en la situación de hombres y mujeres: el machismo y el marianismo».
[26] Para examinar los feminicidios en Ciudad Juárez, es importante considerar el impacto del tráfico de drogas.
[25][27] Se cree que los feminicidios en Ciudad Juárez pueden estar relacionados con los poderosos cárteles del narcotráfico a lo largo de la frontera.
[29] Además, las pandillas se han convertido en una amenaza permanente, sobre todo a las mujeres en la frontera.
La actividad de las pandillas crea un alto riesgo para las mujeres, especialmente debido a la bajísima protección institucional existente.
[6] Tanto la policía como funcionarios del gobierno han sido acusados de responder con indiferencia a los feminicidios, así como exhibir altos grados de tolerancia ante los crímenes, realizar investigaciones inadecuadas y negligentes, proporcionar respuestas ineficaces, y no prevenir ni proteger a las mujeres de la violencia.
[35] Después de su arresto en 1995, los asesinatos continuaron y las autoridades afirmaron que Sharif dirigía a los miembros de la banda «Los Rebeldes» para continuar con los asesinatos mientras este estaba encarcelado.
[27] Según Monárrez Fragoso, «en el año 2000, se supo que el cuerpo de Elizabeth Castro García, cuyo asesinato fue atribuido a Omar Sharif Latif, no pertenecía a ella».
Además concluyó que las medidas adoptadas por el Estado mexicano en respuesta a las violaciones de género contra la mujer eran, al menos hasta entonces, «pocas e ineficientes a todos los niveles del Estado».
[32] Finalmente, el Comité formuló varias recomendaciones para que México pudiese cumplir.
Aunque estas recomendaciones no son jurídicamente vinculantes, fueron influentes en la esfera pública.
En el camino a la reunión, el abogado fue asesinado en su automóvil por un policía mediante un disparo en la cabeza.
Días después, el diario Norte corroboró mediante fotografías que los balazos aparecidos en los automóviles de la policía y que se habían utilizado como pruebas de su autodefensa habían aparecido después del asesinato.
[16] Desde la década de 1990 se han creado diversas organizaciones no gubernamentales que brindan apoyo a las madres y familiares víctimas del feminicidio.
Chávez fue quien acuñó la frase «Ni una muerta más», frecuentemente utilizada en las protestas.
[39] Existen muchos símbolos que representan los feminicidios en Ciudad Juárez, los cuales a través de los años han repercutido en el movimiento feminista.
[42] Posteriormente se instalaría una réplica en el Puente Internacional Santa Fe y una versión modificada erigida en la Plaza Hidalgo de Chihuahua justo frente a la puerta principal del Palacio de Gobierno del Estado.