Agustí Centelles

Agustí quedó huérfano de madre y con apenas un año marchó con su padre a Barcelona, donde este se casó por segunda vez.La abandonó, según su testimonio, por varios motivos: por haber «encontrado individuos que sentían satisfacción y placer refinado perjudicando a sus subordinados», y por negarse a llevar en el uniforme unas placas con las siglas de su empresa.Su padre le había regalado una cámara, aunque, deslumbrado por el cine, lo que quería ser era operador cinematográfico.Pasó cuatro años en su estudio y en este tiempo se fue formando como reportero gráfico.Badosa le dio plena libertad para hacer fotos según su criterio personal.Al final fue despedido por reclamar el pago de horas extras, estableció una efímera sociedad con Sagarra que nunca llegó a ser operativa.Le había visto la cámara al redactor gráfico deportivo Ramón Claret, que podía hacer con ella hasta tres fotos en una misma jugada de fútbol.[9]​ Su estilo era radicamente diferente al del reporterismo gráfico que se hacía hasta entonces.En palabras del propio Centelles: «Cuando yo inicié mi trabajo, el tipo de reportaje que se hacía era muy estático y artificioso.Esta rutina y falta de ambición profesional daba como resultado un trabajo mediocre e inexpresivo que no me gustaba en absoluto».Editaba un boletín diario de información en catalán, castellano, francés, inglés, alemán, esperanto y latín.Los treinta últimos kilómetros hacia el exilio francés los hizo a pie, atravesando por la noche los Pirineos nevados.Allí, con otro fotógrafo de Barcelona, Salvador Pujol, y gracias a que poseía un carné de periodista expedido por las autoridades francesas, montó una pequeña cámara oscura clandestina, que montaban y desmontaban cada noche.[12]​ Tras ello, regresó a Cataluña, entrando por la frontera andorrana, y se instaló en Reus en donde residió de forma clandestina durante dos años.En 1980 participó en la exposición itinerante La Guerra Civil española que reunió material de varios fotógrafos.Desde 1980 las fotografías de Centelles sobre la Guerra Civil se expusieron ampliamente y también se reprodujeron, a menudo sin autorización o sin que le fueran atribuidas, en multitud de libros y publicaciones.[13]​[14]​ A pesar de reconocer su satisfacción por la concesión del premio, también mostró su decepción por la falta de reconocimiento en Cataluña: «las instituciones catalanas no han demostrado en ninguna ocasión el más mínimo interés por ello [refiriéndose a su archivo].[15]​ Durante el año 2014 se hizo público un detallado trabajo sobre las fotos de Joan Andreu Puig Farràn que se incorporaron al llamado "archivo Centelles", la más destacada la "entrada" del President Lluís Companys en la plaza de la República, erróneamente atribuida a Centelles a partir del año 1986.El historiador anarquista Eduard Pons Prades valora que en aquel momento la maleta estuvo en peligro de perderse.En su diario Centelles anota: "el gendarme me pregunta qué son tantas cámaras fotográficas.Le enseño el carné de la FIJ, la Fedèration International des Journalistes, y me responde 'pardon, monsieur'.Ya no mira detenidamente la maleta con el archivo de negativos ni la cartera grande".En Bram, el denominado “campo modelo” por las autoridades francesas, Centelles continuó vigilando su archivo y añadió casi 600 fotografías más.Entonces Pons Prades y Antonio Arderiu Ros trasladaron en moto con remolque la caja hasta Roullens, donde la dejaron en casa de unos campesinos emigrantes españoles.En 1962 Centelles viajó a Carcasona con su familia, pero no dijo nada sobre la existencia del archivo.Su hijo Sergi Centelles ha comentado sobre este viaje que su padre puso como pretexto ver la gente con quien había estado durante su exilio.No fue ésta la oferta más alta, según el portavoz de la familia, Joaquín D. Gasca.El proyecto expositivo no vio la luz por falta de financiación debido a la crisis económica.El delegado de Cultura del consistorio barcelonés, Jordi Martí, ha reconocido que hubo conversaciones para conseguir que parte del fondo de Centelles se quedara en la ciudad, en el castillo o en otro lugar.En muchos reversos había además anotaciones y comentarios manuscritos del propio Centelles.
Retrato de Fanny Edelman. 1937