En 1810 las tropas napoleónicas incendiaron la iglesia parroquial y se destruyeron parte de los archivos municipales.
Destacan los cultivos de viña, olivo, avellano, almendro y cereal.
No quedan apenas rastros del antiguo castillo que había dominado el pueblo.
Conserva su portalada de estilo románico con tres arcos con dos columnas a cada lado, coronadas por capiteles.
En este lugar se intentó crear una comunidad de religiosos en dos ocasiones (1161 y 1210).