Es muy popular en Argentina, Asturias, Bulgaria, Colombia, Cantabria, Chile, Ecuador, Europa Central (Alemania, Austria), Europa del Este ((Rusia, Bulgaria, Ucrania y Rumania), Francia (París), Galicia, La Rioja, México (norte), Navarra, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, República Dominicana, sur de Italia, Suiza, Uruguay (noreste), Venezuela (en el caso de la polca típica de la colonia Tovar, por su vinculación con el folclore).
Para el instrumento semejante utilizado en Argentina, Uruguay y Perú (en menor medida), véase: bandoneón.
Estas cajas de madera contienen unos conductos por los que pasa el aire a las cajas musicales directamente a través de las voces que emiten las diferentes notas musicales.
Las teclas se comunican respectivamente con "palancas" que mueven las tapas de madera.
Al interpretar el acordeón, el lado de la mano derecha corresponde a las escalas (los sonidos son agudos), y la parte de la mano izquierda a los bajos y acordes.
[3] El tamaño del acordeón no está estandarizado, y puede variar significativamente de un modelo a otro.
El fuelle es la parte más reconocible del instrumento, y el principal medio de articulación.
[4] Se utiliza para crear presión y vacío, impulsando el aire a través de la lengüetas interna y produciendo el sonido por sus vibraciones, la presión aplicada aumenta el volumen.
Estas cajas albergan cámaras de lengüetas para los manuales derecho e izquierdo.
Cada lado tiene una rejilla para facilitar la transmisión del aire hacia dentro y hacia afuera del instrumento, y para permitir que el sonido se proyecte mejor.
El acordeón estilo Helikon tiene múltiples cuernos acampanados que sobresalen del lado izquierdo para reforzar el tono grave.
También hay correas por encima y por debajo del fuelle para mantenerlo bien cerrado cuando el instrumento no está sonando.
Un acordeón cromático de botones se distingue porque sus botones son blancos (para notas naturales) y negros (para notas alteradas) y están dispuestos en filas ligeramente inclinadas hacia abajo, de tres teclas en orden puramente cromático, es decir, partiendo de do, esta columna tiene do, do sostenido (botón negro) y re; la siguiente fila (la inmediatamente inferior a la anterior) de tres teclas tiene el re sostenido (botón negro), mi y fa, y así sucesivamente.
Esta labor artesanal requiere de mucha práctica y experiencia, así como muy buen oído musical.
Esto último se debe a que para el acordeón no se usan aditamentos electrónicos en su afinación, ya que la forma como vibran los pitos (en música: color de la nota) dificulta su lectura en aparatos electrónicos.
Esta técnica también es usada en acordeones diatónicos para "transportar"; es decir, cambiar sus tonalidades.
Se utilizan sensores en los botones y las teclas, como interruptores de lengüeta magnética.
Algunos acordeones digitales tienen un pequeño altavoz interno y un amplificador, por lo que pueden utilizarse sin un sistema de megafonía o un amplificador de teclado, al menos para practicar y en lugares pequeños como cafeterías.
Un híbrido acústico-digital puede fabricarse de esta forma, o puede ser un acordeón acústico al que se le han añadido sensores y conexiones electrónicas posventa.
Se han creado varios acordeones híbridos entre instrumentos de diferentes botoneras y acciones.
Muchos siguen siendo curiosidades, sólo unos pocos han permanecido en uso: La historia del acordeón es corta, rápida e intensa, de tal suerte que Cyrill Demian registró el invento como acordeón en 1829, el austriaco mismo, debió abandonar sus derechos sobre el invento en 1835, debido a los notables avances a los que había sido sometido.
Parece que el origen europeo de los instrumentos de lengüeta libre está en los órganos soplados orientales, que se habían extendido por Rusia en el siglo XVIII, aunque no como instrumento popular.
Estos diez acordes bastaban para acompañar numerosas canciones, siendo muy sencillo su uso y aprendizaje en la música popular, sobre todo cuando en 1831 Isoard Mathieu reemplaza los acordes de cada botón por dos notas individuales que se producían una al abrir y otra al cerrar el fuelle, es así dotado de dos escalas diatónicas, lo que da lugar al acordeón diatónico.
Así se constituye el acordeón diatónico, que ha llegado hasta hoy en la tradición musical de casi todos los pueblos.