En la Europa Medieval los klezmorim o agrupaciones musicales judías, eran preferidas a menudo por la nobleza cristiana, esta preferencia combinada con el prejuicio, causó la expedición de altos impuestos para los músicos judíos.
Se menciona la participación de mujeres en este momento pero subsecuentemente desaparecerían como klezmorim, hasta finales del siglo XX.
En 1791, la zarina Catalina la Grande creó y estableció la Zona de Asentamiento, como la única área en la que los judíos tenían permitido vivir.
En épocas económicamente mejores, podían incluir la sombrerería u otros oficios; en tiempos duros los klezmorim, se dedicaban a la barbería, la que reclamaban como monopolio.
Sin embargo la norma no tuvo éxito porque cuatro años después el director obtuvo la autorización de trabajar como badkhn, a petición popular, presumiblemente su acto era mejor.
Se afirma que los músicos judíos profesionales o no, solían errar por toda Europa Oriental, para presentarse en varias ocasiones festivas.
Aunque hubo excepciones, por ejemplo Yosef Gusikov, quien se volvió famoso en los salones de concierto europeos occidentales al comienzo del siglo XIX.
En algunas regiones, las hijas de familias klezmer, podían ahora llegar a ser músicas profesionales, conformando froyen kapelyes - aunque estas agrupaciones no tenían permitido tocar en bodas judías.
Mientras que la música ritual era transmitida oralmente y en un círculo cerrado, los músicos klezmorim seguían intercambiando muchas melodías populares con varias culturas indígenas a su alrededor: rumana, rusa, polaca, ucraniana, lituana, húngara, griega, otomana (turca) o ‘árabe’ y –especialmente en Hungría- gitana, así es históricamente correcto considerarla como un mestizaje artístico o fusión musical.
Su rol era suministrar amistad, beneficios de salud, seguro funerario y empleo, era otro recurso no tan disímil del sindicato, a los que recurrían los inmigrantes.
Los músicos amateurs encontraron otras oportunidades, por ejemplo en los coros de obreros o en las orquestas de mandolinas, un coro podía haber sido fundado para ajustarse a cada matiz político, desde la soviética Frayhayt Gezangs Ferayn, el socialista Arbeiter Ring, y a la sionista-laborista Singing Society Poale Zion, que cantaba sólo en hebreo.
La música popular americana se introdujo en el repertorio del klezmer, así que los eventos estaban acompañados por una mezcla de tonadas antiguas y novedosas.
En 1921 Abe Schwartz compuso la música para el show Di Grine Kuzine (La Prima Verde) que inició una serie de canciones sobre inmigrantes.
Una canción de show, Bay Mir Bist Du Sheyn (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).
“Pero la música experimentó tan profunda transformación que se tenía una noción sesgada de cómo sonaba en el viejo país.” (Mark Slobin).
De Ternivka, Ucrania, creció tocando en la orquesta familiar, recibió educación musical formal y fue otro recluta del ejército zarista.
Inicialmente, no mucha de la tradición klezmer se mantuvo por los judíos en Estados Unidos, había sólo unos pocos cantantes folclóricos yiddish.
El sonido cambió evolucionando con los nuevos entornos y cultura de América, así como lo había hecho por las vastas comunidades europeas.
Se suscitó un mayor atractivo entre las audiencias jóvenes por las nuevas expresiones musicales de la posguerra: Música latina, Jazz, Be-bop y naturalmente el Rock and roll.
Es un hecho que después de la Segunda Guerra Mundial, las inclinaciones hacia la asimilación cultural y el sionismo entre los judíos norteamericanos fue desvaneciendo la música klezmer.
Otras bandas satisfacieron la necesidad de música en las comunidades judías, interpretando, principalmente jazz y pop moderno para simkhes, con la ocasional tonada extra ‘Hava Nagila’.
Para los años 1960 la música klezmer tradicional realmente sobrevivía sólo en las comunidades jasídicas y en los recuerdos de la generación más vieja.
Aunque era más conocido por sus rutinas cómicas en yinglish (una mezcla de yiddish e inglés) que incluía parodias de canciones estadounidenses, también era disc jockey en la radio, dirigía revistas musicales yiddish tales como ‘Borscht Capades’ y grabó álbumes instrumentales incluyendo ‘Música para bodas, barmitzvahs y brisses’.
Su primer álbum Jewish Soul Music (1972), contiene un lenguaje musical basado en la interpretación más que en la fidelidad de los textos originales.
Su meta era recrear las orquestas klezmer que grabaron en las primeras décadas del siglo XX, los solos de clarinete y flauta apoyadas por un gran banda.
La nueva diversidad se tradujo en el hecho de que cada banda podía tener un perfil distinto bajo la sombrilla del klezmer.
La segunda generación fue aquella que nació en Estados Unidos o emigró siendo joven y su música refleja la influencia del swing.
Eventualmente, la música klezmer se convirtió en un modo para los judíos seculares, de identificación con su pasado, sin referenciar el sionismo o la práctica religiosa.
Otros músicos tradicionales (Joel Rubin, Andy Statman, Di Naye Kapelye o Budowitz) tienden a re-actualizar el sonido y los arreglos del pasado.
Estos escuchaban y adaptaban la música tradicional rumana, que se refleja en las formas de baile encontradas a lo largo del repertorio klezmer sobreviviente (p. ej.