[1][2] En determinados contextos, un acorde también puede ser percibido como tal aunque no suenen todas sus notas.
Los acordes más complejos, de 5 o más notas, se utilizan con frecuencia, además de en la música artística, en géneros musicales como la canción melódica contemporánea, y, con especial frecuencia, en el flamenco y el jazz.
La secuencia total de intervalos posibles, basándonos en la escala cromática (do - do♯/re♭ - re - re♯/mi♭ - mi - fa - fa♯/sol♭ - sol - sol♯/la♭ - la - la♯/si♭ - si) (en notación anglosajona: C - C♯/D♭ - D - D♯/E♭ - E - F - F♯/G♭ - G - G♯/A♭ - A - A♯/B♭ - B - C) es la siguiente (distancia interválica en semitonos entre corchetes): Según esto, la distancia entre la fundamental y la decimocuarta en estado fundamental ―véase Inversiones, más abajo― es de 23 semitonos (dos octavas completas menos un semitono).
En la sección Tipos de acordes posibles y su nomenclatura anglosajona se explica esta notación con mayor profundidad.
Los básicos siendo mayores y menores, pero las variantes se pueden construir con tanta facilidad que cualquier lista sería realmente larga.
Para hacer los demás, solo es necesario transportarlos de una escala a la otra:
En esta lista, de la menor a sol menor: Con un acorde mayor se pueden construir fácilmente las siguientes variantes: Los acordes se tocan o bien con las tres notas en simultáneo o en muy cortas sucesiones, llamadas arpegios.
Para completar un acorde, solo se necesita lograr que estas tres (o más) notas estén presentes en la melodía, en cualquier orden que se necesite o desee.
Existen ocho combinaciones posibles en función del orden en el que aparezcan los intervalos de terceras mayores y menores: También son representados con un círculo "°" después de la nota que nombra al acorde.
Este acorde es altamente inestable, pues no define la modalidad del acorde, al contrario, la confunde (puede decirse que es a la vez mayor y menor), aunque usado con maestría puede dar buenos resultados.
No debe tomarse a la ligera pues su mal uso puede resultar desastroso para la armonía de una canción.
Solo admite, por consiguiente, una inversión, y tanto la tónica (fundamental) como la quinta pueden estar duplicadas.
Si la cadencia se repetía a continuación, un procedimiento habitual era emplear la tríada en la primera realización y el acorde de quinta en la repetición.
Entre los acordes más usados están los siguientes (indicados en estado fundamental (véase Inversiones, más abajo): Siguiendo la misma lógica de los tipos de acordes anteriores, son posibles muchas otras combinaciones de intervalos que dan lugar a tipos aún menos estables, de uso general menos frecuente, como puede ser, por ejemplo, el menor decimotercera mayor con novena bemol y quinta aumentada (mMaj13♭9♯5) (fundamental, tercera menor, quinta aumentada, séptima mayor, novena (o segunda) disminuida, undécima (o cuarta) y decimotercera (o sexta)).
Cada inversión viene definida por el bajo (nota más grave) de las que forman el acorde.
Louis Villermin, en su libro Armonía ultramoderna, describe la inversión «simétrica» como aquella constituida por aquel acorde formado desde la nota extrema del de origen, con las mismas distancias exactamente, pero tomadas en sentido inverso.
En cambio, si uno busca entender una progresión armónica como varias líneas musicales simultáneas, y que a veces tienen sentido en un mismo instante, es posible llegar a obtener piezas mucho más líricas, o en donde se perciba una sensación de «fluir».
La posición de los acordes, según tengan las voces más o menos alejadas entre sí, se define con las siguientes denominaciones: Una posición especial es la llamada clúster tonal, que consiste en varios semitonos de la escala cromática consecutivos, varias notas de la escala diatónica o pentatónica consecutivas, o varios microtonos consecutivos.
Ya que suelen constituir un elemento fundamentalmente melódico y/o rítmico, normalmente no es necesario indicar estos movimientos en la notación como sucedía en los dos ejemplos anteriores.
Ejemplo: Usando un bajo que no pertenece a la secuencia armónica del acorde se consiguen algunos efectos interesantes.
Por este motivo, en ausencia de un tono fundamental algunos acordes son equivalentes entre sí.