Además se avistan orcas, toninas overas, pingüinos, elefantes marinos y gran variedad de aves, entre otros.
Las mayores altitudes se encuentran en la parte oriental del Istmo Carlos Ameghino, con cumbre en el cerro Piaggio, con 110 m s. n. m.; la segunda principal elevación es el cerro Morro, de 109 m s. n. m. justo en el extremo sur de esta península.
En el año 1778, la expedición de Basilio Villarino la bautizó como península Valdés, en honor al ministro español que ordenó la misma.
En el siglo XVIII los españoles fundaron la Guardia de San José (Fuerte y Puerto de San José de la Candelaria), entonces pequeña población civil compuesta en gran parte por maragatos que, como su nombre lo indica, estaba guarnecida por un fortín ubicado en la parte norte del Istmo Carlos Ameghino, el desembarcadero de los primeros colonos españoles se ubicaba hacia los 42°25′S 64°15′O / -42.417, -64.250 sobre la Playa Villarino, mientras que las ruinas del fuerte de La Candelaria o Fuerte San José se ubican unos 18 kilómetros más al este hacia las coordenadas 42°25′S 64°09′O / -42.417, -64.150.
Sin embargo de que la ley nacional sigue vigente, nunca se llevó a efecto debido a que el área es un santuario de ballenas francas australes.
Por otra parte, los yaguaretés y cóndores que llegaban a merodear hasta estas costas patagónicas fueron exterminados a fines del siglo XIX, mientras que los pumas patagónicos solo incursionan raramente en la península desde las poblaciones de las estepas occidentales, sin mantener poblaciones permanentes en el área protegida.
Entre las aves, aparte de los pingüinos, se destacan las gaviotas (en especial la especie Larus dominicanus), algunas garzas blancas, gaviotines, ostreros, biguás, palomas antárticas, caranchos, chimangos, cormoranes y anátidos.
[5] Por ley provincial se ha creado el área natural protegida península Valdés, que comprende su espacio terrestre, aéreo y una franja de tres millas marinas a su alrededor.
[7] Cada invierno, estas ballenas pueden ser avistadas durante su época de apareamiento y parto.
La colonia de lobos está ubicada bajo un acantilado, donde un mirador nos permite una vista privilegiada y, en temporada podremos observar las ballenas en su medio.
Posteriormente se consideró la idea de crear otro canal (o un túnel) que también atravesaría el istmo en cuestión, aunque en este caso no para la navegación sino para – aprovechando la importante diferencia de los niveles de marea existentes entre el Golfo San José y el Golfo Nuevo – crear una gran central eléctrica mareomotriz.