Funcionando como huellas dactilares, identifican a cada animal durante toda la vida.
Estas callosidades, desarrolladas en la etapa fetal y de color gris oscuro, presentan densas poblaciones de pequeños crustáceos anfípodos llamados ciámidos (Cyamidae, piojos de las ballenas) y en algunas ocasiones se intercalan con cirrípedos que hacen que las callosidades luzcan blancas, amarillas, anaranjadas o rosa claro.
El callo de mayor importancia por su tamaño es el "bonete", ubicado en la punta del hocico.
Tal decisión se fundamenta en la necesidad de otorgarle la debida protección.
Se reproduce y amamanta a sus crías en aguas australes.