Esta subespecie habita en regiones áridas o semiáridas y frías del sur de Sudamérica.
Aunque no ha vuelto a ser registrada en el sector austral de la provincia, se la ha detectado con dos únicos registros en 1984, en dos localidades mucho más al norte: Juan Cousté (3 adultos) y laguna Chasicó (1 adulto).
También se ha propuesto que R. p. garleppi pase a la sinonimia de R. p.
Para algunos autores, sobre la base de las diferencias entre ambas especies, merecen ser consideradas como géneros independientes, incluyendo a los taxones andino-patagónicos en el género Pterocnemia, según la clasificación de George Grayen el año 1871.
Como contraparte, su cuello y patas son largos, estás últimas le permiten alcanzar velocidades en carrera de hasta 60 km/h.
El tarso tiene, en su parte frontal, de 16 a 17 (o 18) placas horizontales, denominadas técnicamente: escutelaciones.
Es complementada con alimentos de origen animal: insectos, arácnidos, pequeños vertebrados.
Del zorro colorado patagónico (o culpeo patagónico), el adulto se defiende con sus afiladas garras que presentan los dedos de sus patas —un arma muy eficaz—, aunque ese cánido suele capturar más fácilmente a las crías.