Greta Garbo

Si bien inició su carrera artística como modelo publicitaria, se consagró principalmente en el cine, donde empezó a actuar en 1920.

Su precoz retiro, con apenas treinta y seis años, contribuyó a engrandecer la leyenda de la Garbo.

[3]​ El American Film Institute la considera la quinta estrella femenina más importante de la historia del cine.

Aún hoy su rostro es considerado quizás el más perfecto que haya pasado por la gran pantalla.

Esto en definitiva, le hizo probar el sabor de lo fílmico ya que pronto apareció en otro cortometraje.

Un director de comedias, Eric Petscher, le dio una pequeña oportunidad en su producción Luffar-Petter (Pedro el Tramposo) en 1922 y muy pronto la joven Greta, recibió una beca para estudiar en una escuela dramática en Estocolmo.

El éxito de esta película benefició a ambos; Greta y Stiller fueron contratados con la gran M.G.M.

Su primer filme fue El Torrente (The Torrent) y poco a poco Garbo se convirtió en una de las grandes estrellas del cine mudo con películas como Amor (Love) y La mujer ligera (A woman of affairs), entre otras.

Con el galán John Gilbert rodó tres películas casi consecutivas de gran éxito.

Fue nominada como mejor actriz por la Academia Americana de Cine en 1930, 1932, 1937 y 1939, pero nunca recibió un Óscar, olvido que años más tarde la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas decidió enmendar con un Óscar honorífico en 1954 que rehusó recoger, porque según sus propias palabras «no quería verle la cara a nadie».

Una gama de exitosas películas continuarían, pero serían filmes como Grand Hotel, La reina Cristina de Suecia, Ana Karenina y Camille,[7]​ las que siempre se asociarían a su imagen e incluso le valieron nuevas nominaciones al Óscar.

Los paparazzis la asediaban constantemente, y los rumores de su regreso al cine (algunos falsos, otros reales), nunca faltaron.

La gran estrella de antaño pasó a convertirse en la reclusa más famosa del mundo.

Desde que fue descubierto su retiro en los años sesenta, los periodistas la acosaron hasta el último momento e hicieron guardia ante su casa persiguiéndola para fotografiarla en su vejez, motivo por el cual se la veía siempre con grandes gafas oscuras y sombreros que ocultaban su rostro.

Tales precauciones no bastaron; fue fotografiada en varias ocasiones, incluso en el año de su muerte, y en 1976 la revista People publicó imágenes suyas nadando desnuda, captadas con teleobjetivo.

Su fortuna, estimada en veinte millones de dólares, fue heredada por una sobrina suya, residente en Nueva Jersey.

Greta Garbo a sus catorce años (1919)
Greta Garbo como Ninotchka y Melvyn Douglas como el conde d'Algou en una escena de la película.
Greta Garbo sonriente en 1935
Greta Garbo a sus cuarenta y cinco años, en 1950
Estrella de la fama en Hollywood
Lápida de Greta Garbo