Está considerada por el American Film Institute como la tercera mayor leyenda femenina del cine estadounidense y forma parte de la International Best Dressed List Hall of Fame.
Hija única del inglés Joseph Victor Anthony Ruston y de su segunda esposa, la baronesa Ella van Heemstra, una aristócrata neerlandesa que era hija del exgobernador de la Guayana Neerlandesa (Surinam), el barón Aarnoud van Heemstra.
En 1939 se trasladó con su madre y sus dos medio hermanos maternos a la casa de su abuelo en Arnhem, Países Bajos.
Sobre esta época dijo más adelante: «El mejor público que he tenido; no hacía ni un solo sonido al terminar mi actuación».
Pero esos terribles años no eran del todo malos, y Hepburn podía vivir algo su niñez.
En un momento dice «estoy deprimida» y al siguiente te habla de que quiere montar en bici.
Rambert dijo después sobre Hepburn: «Era una estudiante maravillosa; si hubiera seguido, podría haberse convertido en una bailarina excepcional».
Tenía muy buen carácter y supongo que la gente se daba cuenta de eso.
Aunque sonríe al final de la película, ella sigue siendo una persona lamentablemente sola que hace frente a un futuro difícil».
Audrey con su glamur y su belleza, demostró en Vacaciones en Roma que también valía como actriz y con su «I wanna say thank you to...» recibió el Óscar a la Mejor Actriz, el único que recibiría en toda su carrera.
Audrey fue enviada al diseñador Hubert de Givenchy para que decidiera su vestuario en la película.
En 1954, Hepburn volvió a los escenarios para protagonizar Ondine, de Jean Giraudoux, junto al que más tarde sería su marido, Mel Ferrer.
«Todo lo que pido por Navidad es otra película junto a Audrey Hepburn» dijo una vez; y Gregory Peck se convirtió en uno de sus amigos más íntimos.
En 1957 actuó en Una cara con ángel, una de sus películas favoritas debido a que conseguía bailar con Fred Astaire.
Actuar para ser una chica extrovertida es la cosa más difícil que he hecho en mi vida».
Además, se puso mechas rubias en el cabello, look que también conservó fuera de la pantalla.
Este papel, sin lugar a dudas el más popular de su carrera, estaba originariamente pensado para Marilyn Monroe.
En 1963 le cantó el «Feliz cumpleaños» al presidente Kennedy como Marilyn Monroe había hecho un año antes.
Con Shirley MacLaine protagonizó en 1961 La Calumnia, dirigido por William Wyler, uno de sus trabajos más complicados y polémicos al tratar el tema del lesbianismo.
William Wyler, para recibir la aprobación de la Motion Picture Production Code, cortó gran parte del material en el que se hacía referencia implícita o explícita a la homosexualidad de Martha, el personaje interpretado por McLaine.
Harrison, en una entrevista después, se arrepintió de lo dicho y cuando le preguntaron quién fue su mejor acompañante durante su carrera sin pensarlo dijo: «Audrey Hepburn».
En un primer momento, se decidió que Audrey Hepburn rodaría las escenas musicales de la película, pero no las cantaría.
solo varios números pertenecen a la actriz, como Just You Wait y I Could Have Danced All Night.
Audrey Hepburn es la actriz que ha presentado más veces el premio Oscar a la mejor película durante la ceremonia de entrega, cuatro en total.
Desde entonces y hasta su muerte en 1993, Hepburn colaboró activamente con Unicef, convirtiéndose en embajadora de buena voluntad.
Hepburn estuvo casada en dos ocasiones, la primera con el actor Mel Ferrer, con el que tuvo un hijo, Sean, que actualmente gestiona la fundación Audrey Hepburn Childhood, y la segunda con Andrea Dotti, un médico italiano con quien tuvo su segundo hijo, Luca.
Hepburn confesó que el fracaso de estos dos matrimonios le hizo sufrir mucho.
En los últimos años mantuvo una relación con Robert Wolders, viudo de Merle Oberon, un neerlandés con el que compartía labores humanitarias y su gusto por las cosas sencillas.
Ese mismo día, Elizabeth Taylor dijo que «Dios estará contento de tener un ángel como Audrey con Él».
El American Film Institute nombró a Hepburn como la tercera actriz femenina más relevante de todos los tiempos.