Iannis Xenakis

[6]​ Establecido en París, en 1948 ingresó el estudio del famoso arquitecto Le Corbusier como ingeniero calculista.

Para el interior del Pabellón se le encargó a Edgar Varèse que realizara la música, quien compuso su Poème Électronique, y el propio Xenakis compuso Concret PH que se escuchaba en los interludios entre las presentaciones de la obra de Varèse.

[5]​ En 1955 Hans Rosbaud dirigió en el Festival de Donaueschingen su primera obra importante para orquesta: Metástasis.

Esta pieza y las que le siguieron, notablemente Pithoprakta de 1955-56, y Achorripsis de 1956-57, así como artículos publicados en los Gravesaner Blätter, la revista que dirigía Hermann Scherchen, le dieron a Xenakis una notoriedad que finalmente le permitió dedicarse exclusivamente a la composición.

Años más tarde estos comportamientos deterministas los recuperaría en su primera composición Metástasis.

Pero además de su radical estética "brutalista", esta obra resultó revolucionaria por su modalidad compositiva, en la que las densidades, las texturas, y los comportamientos individuales de los eventos estaban determinadas por procesos formales basados en leyes estadísticas y probabilísticas.

[15]​ Para Xenakis esta nueva concepción era de hecho más general que el pensamiento lineal, ya que lo podía incluir como un caso particular, reduciendo la densidad de las nubes.

[cita requerida] Además, sus composiciones electroacústicas, aunque pocas, tienen una gran relevancia para el pensamiento musical de la segunda mitad del siglo XX.

Algunas de sus obras más importantes en este campo son Concret PH (1958), Analoguique A et B (1958–59), Bohor (1962), Mycenae-Alfa (1978) y S709 (1994).

Su salud había empeorado progresivamente a lo largo de los años y en 1997 ya no podía trabajar.

Iannis Xenakis en 1975.
Iannis Xenakis en su estudio en París.