[2] Sobre este eremitorio existen numerosas referencias, incluso documentales, así como de las procesiones y otros actos religiosos que en él han tenido lugar, referencias que se remontan a los años 1552,[1] 1675 (1647), o 1703, en que se anotan gastos sufragados por la iglesia parroquial de Castropodame por asistencia a la procesión del Ecce-Homo de Bembibre.[1][5] (Ver Historia de Bembibre#Guerra de la Independencia) El Santuario del Santo Ecce-Homo se encuentra precedido por una cuidada alameda, situándose este al final del paseo que se inscribe en la misma.[4] Se considera que se puede inspirar en el barroco compostelano, existiendo en Galicia varios ejemplares con características similares, especialmente la de la capilla del hospital de Cambados y otra en Ribadeo, según anota Díaz Carro.[6] En el lado derecho se encuentra un retablo neoclásico del Santo Sepulcro, con cuatro relieves alusivos a la Pasión del Señor, que fue ejecutado, igualmente y en 1856, por Pedro Corral, y en el que se halla un Cristo yacente considerado de gran calidad, datado en el segundo tercio del siglo XVII.[6] Toda la iconografía es complementada con diversos elementos, como cuatro vidrieras del artista navarro José Luis Alonso, que representan a Santa Bárbara, San Antonio Abad, una estampa de la «Salida del Santo» y Santo Toribio de Astorga, aportando luz y policromía natural al interior del templo, y otros, como las puertas de acceso al Santuario, realizadas en 1994 en hierro forjado y bronce por el escultor Xelo de Tremiña.[11] Estas obras continuarán a lo largo de los años –45 y 46 ampliación del paseo del Santuario– con unas muy importantes y complejas acciones iniciadas en 1980, ante las amenazas de las corrientes de aguas subterráneas, que pueden suponer, a corto plazo, el deslizamiento y el peligro de arrumbamiento, dado que el Santuario se encuentra construido sobre una ladera, consiguiéndose, finalmente, la consolidación y conservación del Santuario, incluso notables mejoras en algunos aspectos.