Normalmente un gen regulador controla a otro, por eso se habla de redes regulatorias.
La regulación génica es esencial para los virus, procariotas y eucariotas, ya que permite la versatilidad y adaptabilidad de estos organismos frente a su entorno al permitirles expresar ciertas proteínas frente a determinada necesidad.
Estos complejos pueden ser modificados temporalmente por procesos como la fosforilación, acetilación o metilación.
Este proceso suele llevarse a cabo por metil-transferasas sobre las citosinas de secuencias repetitivas C-G (islas CpG).
La Regulación en la transcripción controla directamente la cantidad de ARN que es sintetizada.
Por la cercanía al promotor, bloquea físicamente la unión de la RNA polimerasa evitando así la transcripción.
Estimulando la unión a la hebra de ADN, generando más ARN mensajero.
Esta modulación es mediada por proteínas u otros ARN que tendrán afinidad por ciertas secuencias.
Las células eucaritas convierten el transcripto primario inicial sintetizado por la ARN polimerasa II en un mARN funcional.
Estas regiones 3'-UTR contienen sitios de unión para micro ARNs (mi ARN) y proteínas regulatorias.
Al unirse a estas regiones los miARN pueden disminuir la expresión de varios mARN al inhibir la traducción o provocando de manera directa la degradación del transcrito.
Tanto en procariotas como en eucariotas existe una gran cantidad de proteínas que se unen al ARN, la mayoría reconocen la estructura secundaria del transcrito, que puede cambiar bajo diferentes condiciones (temperatura o ligando).