Puede también incluir carne procedente de las patas o el corazón.
Suele consumirse frío o a temperatura ambiente, como fiambre.
Históricamente estos platos se hacían cociendo a fuego lento la cabeza limpia (sin órganos) del animal para obtener un caldo, considerado comida campesina desde la Edad Media.
Al enfriarse, este caldo se cuaja gracias a la gelatina natural procedente del colágeno de los huesos del cráneo.
El áspic puede necesitar gelatina adicional para cuajarse apropiadamente, que debe añadirse.