Ilya Prigogine
Huyó con su familia en 1921 de la Rusia soviética hacia Europa occidental, vivieron algunos años en Alemania, hasta que se establecieron definitivamente en Bélgica en 1929.Al igual que su hermano Alexandre, estudió química en la Universidad Libre de Bruselas.Ese mismo año conocería a Alan Turing, quien entre 1952 y 1954 realizó investigaciones de biología matemática sobre la morfogénesis, que años después Prigogine consideró como trabajos pioneros.En 1985 fue investido doctor honoris causa por la UNED y en 1995 por la Universidad de Valladolid.Partiendo de las siguientes preguntas Ilya Prigogine investigó el concepto del tiempo:[3] Para Ilya Prigogine el tiempo precede al universo.La materia lleva consigo el signo de la flecha del tiempo.Estas propiedades son completamente nuevas pero no dejan aislado al sistema como se creía hasta el momento.En la materia en estado de equilibrio todo es lineal y existe una sola posibilidad o solución, en cambio en el estado de no-equilibrio las ecuaciones no son lineales y hay muchas propiedades posibles.En el equilibrio es posible linealizar, todos los puntos que yacen sobre un mismo plano tienen las mismas propiedades, en cambio en el no-equilibrio hay una no linealidad de los comportamientos de la materia.Prigogine piensa en tres exigencias para la física —irreversibilidad, probabilidad y coherencia— para poder concebir un universo evolutivo, para concebir las condiciones para la existencia de nuevas estructuras alejadas del equilibrio.Prigogine se basa en estudios matemáticos teóricos y sus teorías son aplicadas a diferentes campos: el estudio del clima, la astronomía, la cosmología, la bioquímica, la química, la química biológica , la química orgánica y la química inorgánica, la física, la biofísica, la biología, la neurofisiología, la hidrodinámica, etc.[3] Para Prigogine tiempo y eternidad son dos conceptos diferentes.La estructura del espacio-tiempo está ligada a la irreversabilidad pero el tiempo no es solamente irreversibilidad, devenir y evolución.Los fenómenos irreversibles conducen a nuevas estructuras y, desde el momento en que aparecen estas nuevas estructuras, no hay vuelta atrás, no podemos pensar que los humanos somos los responsables de la aparición de la perspectiva del antes y del después.La vida ha creado nuestro tiempo gracias a la creación de las biomoléculas, que son moléculas orgánicas a quienes la irreversibilidad les quebró la simetría.Contrariamente a la idea clásica de que habría habido una entropía despreciable que aumenta hasta la muerte térmica, estado en el que la entropía sería terminal, Prigogine localiza una enorme producción de entropía en el origen del universo.Por eso, para Prigogine la muerte térmica está en los inicios del universo.El vacío fluctuante podía disminuir su energía emitiendo agujeros negros, lo cual es un fenómeno irreversible.O sea que la materia lleva consigo el signo de la flecha del tiempo.En ese momento aparece el universo que ya está formado por fotones y bariones porque el tiempo se transformó en materia después de esta explosión de entropía.En el siglo XXI ya no se cree, como se pensaba en el siglo XX, que la evolución del universo va en la dirección de la degradación, sino que la evolución va en la dirección del aumento de la complejidad, con nuevas estructuras que aparecen en cada nuevo nivel progresivamente, en todos los viveles existentes, sean del orden no viviente, como en las galaxias o estrellas, sean del orden viviente, como en los sistemas biológicos.La vida se caracteriza por la inestabilidad por la cual nacen y desaparecen estructuras en tiempos geológicos.