Esa ciudad, donde existían varias órdenes religiosas era el origen de las misiones a Maynas y Quijos.
Para ello, siguiendo el curso del río, tuvo que salir por el Marañón primeramente y después por el Amazonas hasta llegar al océano Atlántico.
Tiempo después el rey revocó el permiso y Pedro tuvo que ir a Sicilia donde fue readmitido en la Compañía de Jesús.
Años más tarde, mientras las guerras de independencia estallaban en América y Francia ocupaba la península Ibérica, decidió no obstante regresar a España.
Ahí a pesar del momento convulso que se vivía pudo ejercer la profesión de maestro en Valencia y en Sevilla.
[2] Berroeta es famoso por haber escrito "La Pasión de Cristo", un poema compuesto por 1026 octavas reales, así como por "Coplones del Viejo".
Como se verá más adelante, también Berroeta emplea con frecuencia la espinela; lo hará asimismo el Padre Aguirre; en ambos casos, empero, ya no solo para lamentarse, sino también para burlarse, al estilo de algunos poetas neoclásicos mencionados por Navarro Tomás.
Este grato descubrimiento lo colocó rápidamente en el "Parnaso colonial" al lado de Aguirre y Orozco.
El crítico literario Isaac J. Barrera se valdrá de esta confesión para después afirmar, en una frase que causaría polémica, «tiene facilidades para la versificación pero no es poeta».