Algunos ejemplos son la silicosis, la asbestosis, talcos, antrosilicosis y otras fibras minerales.
La silicosis es actualmente la más común de las neumoconiosis, la cual se evalúa, clasifica e indemniza como una enfermedad profesional.
[4] La neumoconiosis es una enfermedad laboral del pulmón en donde es necesario que los polvos o los otros agentes causantes penetren en el árbol respiratorio.
No sólo es importante el tamaño, sino que también la forma y la densidad de la partícula.
Los tres tipos más importantes son:[11] El primero queda en las vías superiores y los otros dos alcanzan la periferia del pulmón.
Rara vez migran para formar granulomas en el bazo, el hígado y la glándula suprarrenal.
Es muy poco frecuente ya que las posibilidades de exposición industrial son muy limitadas.
Los posibles efectos sobre la salud se desconocen pero en principio para que no reduce la esperanza de vida, es inocuo.
Y además, se trata de una patología que no produce síntomas ni alteración funcional respiratoria.
Una historia laboral de exposición al polvo junto con la alteración radiológica típica se utilizan para su diagnóstico.
Las líneas B de Kerley son frecuentes y a veces pueden verse finas opacidades lineales en los campos superiores.
En los estudios realizados con pacientes asiáticos es donde se descubre que la neumoconiosis no es la causa más frecuente de antracosis.
Desde este momento la antracosis se considera solamente cuando está asociada a la sintomatología específica, antracofibrosis bronquial.
[15] La neumoconiosis de los trabajadores del carbón es una enfermedad profesional que se puede prevenir, pero no tiene actualmente tratamiento.
También se observa que el carbón alto en hierro biodisponible aumenta la incidencia de esta enfermedad.
La fibrosis masiva progresiva es una enfermedad agresiva que puede llegar a dañar vasos y vías aéreas seriamente.
Está comprobado además que las máscaras respiratorias no protegen de manera totalmente eficaz a los trabajadores.