Célula plasmática

Este se incorpora a la célula por endocitosis mediada por receptor y una vez dentro es troceado en el interior de los endosomas tras la fusión con lisosomas, liberando enzimas proteolíticas sobre el patógeno.

Tras la proteólisis de este, sus pedazos (los llamados péptidos antigénicos) son cargados en moléculas del tipo MHC II y presentadas en su superficie extracelular.

Puesto que la maduración de los linfocitos B también supone hipermutación somática, estos anticuerpos tienen una afinidad muy grande por su antígeno.

Las células plasmáticas son linfocitos grandes con una elevada proporción núcleo celular/ citoplasma y con un aspecto característico vistas al microscopio óptico.

Esta afección se identifica porque las células plasmáticas malignas continúan produciendo anticuerpos que se detectan como paraproteínas las cuales pueden generar falla renal, y por infiltración del mieloma se genera anemia, con lesión ósea por las células plasmáticas cuyo efecto es estimular a los osteoclastos (células destructoras de hueso) siendo las características del mieloma múltiple unos criterios denominados CRAB (Hipercalcemia, Anemia, Lesión renal y lesiones óseas).

Imagen tomada con microscopio óptico en la que se observan células plasmáticas con cuerpos de Dutcher-Russell . Tinción con hematoxilina-eosina .
Célula plasmática en sangre periférica durante un mieloma múltiple. Tinción de May-Grünwald-Giemsa.