La orden jerónima estuvo muy vinculada con la nobleza castellana, ya que permitían el ingreso de aristócratas laicos.
[2] Al principio los frailes se alojaron en algunas casas del terreno y habilitaron una de las mismas como capilla.
En 1508 y 1511 regresó Fernando el Católico con su segunda esposa, Germana de Foix.
[7] Es probable que Felipe V, durante su estancia en la ciudad entre 1729 y 1733, visitase este monasterio.
[4] El monasterio gótico fue reformado a mediados del siglo XVI[9] por un arquitecto desconocido, aunque se cree que pudo haber sido Juan de Herrera, que participó también en la construcción del Monasterio de El Escorial.
El actual cuerpo de campanas y las columnas son del siglo XVI.
[12] En el siglo XVI la Casa Grande de San Francisco en Sevilla también poseía una imprenta propia.
[13] En 1624 el monasterio tuvo que contribuir a la hacienda real de Felipe IV con 45 casas.
[14] Pietro Torrigiano, entre 1522 y 1524, realizó su San Jerónimo penitente para este monasterio.
Llegaron unos pocos frailes al convento, aunque el estado de la iglesia la hacía inutilizable.
[20] Posteriormente, se utilizó para almacenamiento porcino hasta bien entrado el siglo XX.
En 1966 fue comprado por Carmen Iglesias Zubiada, que hizo algunas reformas y restauraciones en el inmueble para convertirlo en una residencia particular.