La tradición relatada por Aristóteles y apoyada por Polibio atribuía la fundación a un grupo de esclavos que habían huido con sus amas convertidas en amantes con las que ya habían tenido relaciones sexuales;[2] otra tradición recogida por Pausanias dice que los lacedemonios ayudaron a fundar la ciudad de Locros así como la de Crotona.
Cuenta Polibio que esto ocurrió gracias a una artimaña: griegos e indígenas habían establecido primero, por medio de un juramento, que vivirían juntos en la ciudad mientras llevaran la cabeza sobre los hombros y pisaran la misma tierra; pero en el momento del juramento, los griegos habían escondido cabezas de ajo bajo sus vestidos y tierra en sus zapatos.
Después de arrojarlo todo, libres ya del juramento, pudieron gracias al engaño ocupar la tierra ellos solos.
Este código seguramente entró en vigor hacia el 660 a. C. y establecía un gobierno aristocrático (los cien casos) que disfrutaba de ciertos privilegios por ser considerado descendiente de los colonos originales y según la tradición la nobleza venía por vía femenina.
[15] La alianza con Siracusa se hizo más estrecha en la época de Dionisio I.
[23] Una guarnición cartaginesa se estableció en la ciudad, cuya libertad fue garantizada por un tratado «entre iguales».
La actitud de este, cruel y avariciosa, provocó una revuelta que solo pudo ser detenida por la intervención del propio Escipión; pero el general tomó partido por su legado que permaneció al mando.
Cicerón fue patrón de la ciudad, pero no se conoce el origen del patronato ni sus términos.
Convertida en municipio en el siglo I a. C., sobrevivió como pequeño centro de escasa importancia hasta la antigüedad tardía.
Las murallas se pueden seguir y van desde la costa a la Torre di Gerace (a la izquierda del riachuelo de San Ilario hasta la primera montaña llamada antiguamente Monte Esopis).
En los años 40, P. E. Arias sacó a la luz el gran teatro de Locros.
La ciudad se halla en la parte más llana de la franja litoral, a la izquierda del torrente Portigliola.
En la parte de arriba del drómos se encuentran los edificios públicos, los santuarios y las fortificaciones.
A este templo pertenecen las estatuas de los Dióscuros, halladas por Orsis, que decoraban el frontón.
Al oeste del templo de Zeus está situado el teatro, que en su primera fase data del siglo IV a. C., pero que sufrió numerosas remodelaciones en épocas sucesivas.
La cávea aprovecha la pendiente natural de la colina, y las gradas están talladas en la blanda roca local.
El teatro consta de siete sectores, divididos por pequeñas escaleras y, en sentido horizontal, por una ancha franja (diázoma).
En un segundo momento, hacia mediados del siglo VI a. C., se reestructuró el monumento creándose 11 habitaciones a cada lado.
Esta zona que fue urbanizada en época tardía, era tal vez el ágora, con función de mercado, y estaba situada cerca del puerto y en las proximidades del templo de Afrodita.