Entre los diversos académicos europeos que participaron se encuentran Andrzej Paczkowski, Nicolas Werth y Jean-Louis Margolin.
El libro se publicó originalmente en Francia como Le Livre noir du communisme: Crimes, terreur, répression por Éditions Robert Laffont.
[5][6] El título del libro se eligió como eco de El libro negro, un registro documental de las atrocidades nazis en el Frente Oriental, escrito por Ilya Ehrenburg y Vasily Grossman para el Comité Judío Antifascista durante la Segunda Guerra Mundial.
Por una parte, diferentes historiadores han publicado estimaciones extremadamente diversas del número de muertes ocurridas en los países nombrados en el Libro negro.
[11] Los autores del libro negro defienden sus estimaciones acerca de la Unión Soviética (20 millones) y Europa oriental (1 millón) aseverando que han utilizado fuentes que no estaban disponibles para investigadores anteriores (los archivos soviéticos mencionados anteriormente).
[cita requerida] En años recientes, otros autores han ido publicando estimaciones de muertes causadas por dictaduras comunistas progresivamente mayores.
Los críticos del Libro negro del comunismo han alegado que el libro usa el término «comunismo» para referirse a una amplia variedad de sistemas diferentes, y que «arbitrariamente pone en el mismo saco fenómenos históricos totalmente diferentes como la guerra civil de 1918-21, la colectivización forzosa y el Gran Terror en la Unión Soviética, el Gobierno de Mao Zedong en la República Popular China y de Pol Pot en Camboya, el Gobierno militar etíope así como diversos movimientos políticos latinoamericanos, desde los Sandinistas en Nicaragua a Sendero Luminoso en Perú».
El libro se centra exclusivamente en los Estados socialistas, sin hacer ningún tipo de comparación con los capitalistas.
A lo largo del mismo replica a diversos autores, entre ellos Noam Chomsky, el imputar al capitalismo, no sólo crímenes que no le pertenecerían, como ser los de la esclavitud, el estatismo colonial o la economía planificada del Nacionalsocialismo,[17] sino además aquellos que acaso sí le pertenecerían ya que mientras se hace culpable al capitalismo por los crímenes de la derecha anticomunista se intenta amnistiar al socialismo por los crímenes de la izquierda comunista.