Colectivización en la Unión Soviética

En la Unión Soviética, la colectivización (en ruso: Коллективизация, transliterado Kollektivizátsiya) fue una política puesta en marcha por Iósif Stalin para consolidar la tierra en dominio popular y la mano de obra en granjas de explotación colectiva o koljós (en ruso: колхо́з) y en granjas de explotación estatal o sovjós (en ruso: совхо́з) entre 1928 y 1933.

La colectivización era vista como la solución a la crisis en la distribución agrícola (mayormente en la entrega de grano), que se había implementado desde 1927 y se estaba volviendo más desarrollada, a la vez que la Unión Soviética seguía adelante con su ambicioso programa de industrialización.

Esta nueva política fue diseñada para reconstruir la moral entre los agricultores amargados y llevó al incremento de la producción, mientras que, gracias al impuesto progresivo, quienes ganaban más dinero pagaban más.

Hasta ese momento, los bolcheviques no tenían más remedio que permitir a los campesinos tomar las tierras y explotarlas privadamente.

Las comunas preexistentes que redistribuían periódicamente la tierra hicieron poco para promover la mejora en la técnica agrícola y conformaron una fuente de poder más allá del control del gobierno soviético.

[3]​ El Partido Comunista Soviético nunca había estado complacido con la agricultura privada y vio en la colectivización el mejor remedio para el problema.

Esto marcó el final de la Nueva Política Económica (NEP), la cual había permitido a los campesinos vender sus excedentes en el mercado abierto.

A esta campaña también se le unió la de la sedentarización forzosa en regiones como Asia Central.

Para ayudar a la colectivización, el Partido decidió enviar 25 000 trabajadores «socialmente conscientes» de la industria al campo.

Inicialmente, los nuevos koljósy fueron pensados como organizaciones gigantescas sin relación con las comunidades pueblerinas precedentes.

Eran usualmente divididos en «economías» (ekonomikii)" de 5000-10 000 hectáreas que eran, a su vez, divididas en campos y secciones (uchastki) sin relación con los pueblos existentes - el propósito era alcanzar un «área óptima completamente despersonalizada»...

Pero, en las condiciones socioeconómicos de la época, poco podría convertirse en tales esquemas utópicos.

El koljósy gigante fue siempre excepcional, existentes principalmente en papel, y, en cualquier caso, en su mayoría iban a desaparecer pronto.

Después de la publicación del artículo, la presión hacia la colectivización disminuyó temporalmente y los campesinos empezaron a abandonar las granjas colectivas.

Al parecer, muchos kuláks habían estado acumulando grano para especular con precios altos.

[4]​[14]​ Las muertes por inanición o enfermedades causadas directamente por la colectivización han sido estimados entre cuatro y diez millones.

Las restricciones contra la migración demostraron ser ineficaces y medio millón de personas emigró a otras regiones de Asia Central y 1,5 millones a China.

[18]​ De aquellos que se quedaron, tantos como un millón murieron en la hambruna consecuente.

[22]​ Nada parecido se realizó durante la sequía de 1932-1933, mayormente debido a que la información sobre el desastre fue eliminada por Stalin.

El campo fue afectado más que las ciudades, pero 120 000 personas murieron en Járkov, 40 000 en Krasnodar y 20 000 en Stávropol.

[27]​ Alec Nove sostiene que el registro de muertes cesó en muchas áreas durante la hambruna;[28]​ sin embargo, se ha señalado que las muertes registradas en los archivos fueron sustancialmente revisadas por oficiales demográficos.

[18]​[30]​ Robert Conquest, sin embargo, ha sido criticado por confiar excesivamente en un libro (Black Deeds of the Kremlin por S. O. Pidhainy) como fuente sobre el número de víctimas en Ucrania, sin dudar de la validez de la fuente que había sido publicada por emigrantes ucranianos en Canadá y los Estados Unidos.

El historiador norteamericano John Arch Getty sugirió en el London Review of Books que la responsabilidad por la hambruna "debía ser compartida por las decenas de miles de activistas y funcionarios que ejecutaron la política y por los campesinos que decidieron matar animales, quemar campos y boicotear los cultivos como protesta [contra la colectivización].

Las propiedades de los "Enemigos del Pueblo" y refugiados, así como aquellas que excedieran las 30 hectáreas, fueron nacionalizadas entre 1940 y 1944, pero a quienes todavía estaban sin tierras, les fueron otorgadas parcelas de 15 hectáreas.

En 1940-1941, el Partido Comunista sostuvo repetidamente que la colectivización no ocurriría a la fuerza, sino más bien voluntariamente y por el ejemplo.

Pero, después de 1945, el Partido dejó su aproximación dado que no estaba obteniendo resultados.

Los letones estaban acostumbrados a las propiedades individuales (viensētas), que habían existido incluso durante la época de servidumbre.

La vida rural cambió: los movimientos diarios de los agricultores fueron dictados por planes, decisiones y cuotas formuladas en otra parte y entregadas a través de una jerarquía intermediaria no-agrícola.

Junto con la colectivización, el gobierno intentó desarraigar la costumbre de vivir en granjas individuales, trasladando a la gente hacia los pueblos; sin embargo, este proceso fracasó debido a la carencia de dinero dado que los soviéticos planearon trasladar también las casas.

La propaganda alemana la describió como el paso preparatorio hacia la disolución última de los koljós para crear granjas privadas, lo que sería otorgado a los campesinos que hayan entregado lealmente cuotas obligatorias de producción agrícola a los alemanes.

El primer tractor , obra de Vladimir Krikhatsky ( realismo socialista ).