En parte se alega que con ello la Unión Soviética rechazaba tener vínculo alguno con la Primera Guerra Mundial, considerada como simple guerra imperialista donde había participado el Imperio ruso.
Finalmente, otra explicación era que la Unión Soviética en verdad no había experimentado ataque extranjero alguno hasta junio de 1941.
Los soviéticos consideraban que durante y después de dichas invasiones la Unión Soviética había mantenido la paz con el Tercer Reich hasta 1941, en virtud del Pacto Ribbentrop-Mólotov —ocultando la existencia del protocolo adicional secreto[1] del mismo— y del Tratado Germano-Soviético de Amistad, Cooperación y Demarcación, a diferencia de Reino Unido y Francia que, al conocer la invasión a Polonia por la Alemania nazi, le declararon la guerra.
Los historiadores soviéticos designaron como «Gran Guerra Patria» solo al enfrentamiento entre la Unión Soviética y la Alemania nazi para darle un significado de un choque de ideologías donde el comunismo había derrotado al fascismo europeo; se prefería utilizar este último término (en vez de nazismo), pues permitía al gobierno soviético abarcar en la lista de agresores vencidos a países aliados del Tercer Reich, como la Italia fascista, Finlandia, Hungría y Rumania, que habían participado con tropas en el ataque a la Unión Soviética.
Dichas operaciones militares fueron llevadas a cabo en cumplimiento de los protocolos adicionales secretos del Pacto Ribbentrop-Mólotov y del posterior Tratado Germano-Soviético de Amistad, Cooperación y Demarcación.