Realizó un acercamiento a la derecha estadounidense y se unió en enero de 1982 a un coloquio del "Comité para el Mundo Libre", donde se lanzaron virulentos ataques contra las Naciones Unidas.
Fue autor de numerosas obras, entre las que destacan El conocimiento inútil, Ni Marx ni Jesús, La tentación totalitaria, Un festín en palabras, El renacimiento democrático, El monje y el filósofo y La gran mascarada.
Revel se proclamó ateo y defensor del liberalismo democrático, el único sistema que en su opinión funciona adecuadamente.
De joven había participado activamente en la Resistencia de la Francia ocupada contra el nazismo y más tarde, tras una etapa como militante socialista, acabó criticando ferozmente al marxismo y al sistema socialista soviético.
Durante sus últimos años de vida fue colaborador habitual del semanario Le Point.