El Estado megalómano

En este ensayo Revel sostiene que la ideología del PS es marxista ortodoxa en sus postulados clave, a pesar de no serlo oficialmente, y que su llegada al poder autoriza sólo la administración del gobierno, mas no la implantación del socialismo que estaba llevando a cabo, cambio para el cual no estuvo autorizado por el electorado.

Argumenta que lo más grave del socialismo es que genera inevitablemente, por la naturaleza fundamentalista su propio proyecto, una politización generalizada de la sociedad civil donde el poder político empieza a excluir a la iniciativa privada -a la que se sataniza- y a absorber la economía, la información, la educación, y la independencia personal entregándolas al sector público.

Según Revel, la propaganda socialista justifica esta "megalomanía" en nombre del bien común, y que el socialismo siempre fracasa precisamente porque no le importan las aspiraciones populares de bienestar social y económico sino la refundación de la sociedad, sacrificando el bienestar si es posible.

Usando el ejemplo de experiencias históricas previas, y del mismo PS francés, Revel concluye que todo partido o gobierno socialista, en sus diversas variantes e incluso si usa métodos moderados y democráticos, es totalitario en sus objetivos últimos.

Con la única excepción de que estos renuncien a sus principios fundamentales.