Esta emigración estuvo motivada por el cambio de las condiciones en Rusia y las hostilidades crecientes.
Actualmente, las únicas cifras respecto a la existencia de descendientes de alemanes en Rusia son las que refiere el gobierno ruso, ya que no hay observadores internacionales.
Una vez allí, debieron viajar hasta la ciudad de San Petersburgo, lugar desde donde partieron hacia la región del Volga.
Entre 1764 y 1772 se establecieron 106 colonias a lo largo del río Volga, cerca de Sarátov, totalizando 30 623 habitantes en esa primera colonización.
A medida que estas colonias crecían en población, se hacían necesarias otras tierras.
Actualmente, en cambio, el óblast de Sarátov abarca tierras a ambos lagos del río Volga.
Por caso, práctica libre de la religión (el único requisito era que sólo podían ir los que fueran cristianos), exención del servicio militar, libre ejercicio y uso del idioma natal, organización escolar propia y dirección administrativa de sus colonias y aldeas por estatutos propios, entre otros.
Al mismo tiempo que se les impedía salir del territorio, debieron jurar fidelidad a su majestad imperial.
De esta manera, los alemanes entendieron que sólo vivirían para trabajar, y durante varias generaciones los ancianos murieron sin haber conocido el esparcimiento.
La alta tasa de natalidad, junto con la continua inmigración, multiplicó notablemente la población alemana en el Volga, al punto que entre 1838 y 1880 sólo la cantidad de aldeas alemanas que se encontraban circundantes al río ascendía a 583.
Con todo, los alemanes del Volga asentados en Uruguay representaron casos excepcionales.
[6] El decreto del Sóviet Supremo de la Unión Soviética les quitó la ciudadanía rusa, diezmó a las familias, excluyó a sus habitantes de sus derechos políticos y civiles, y ordenó su deportación masiva.
Otros fueron llevados directamente hasta el gulag de Vorkutá, ubicado en la ciudad ártica del mismo nombre.
Los que morían durante el trayecto eran arrojados fuera de los vagones mientras el tren seguía su marcha.
En el marco de estas necesidades, los supervivientes se vieron obligados a firmar renuncias que vulneraban aún más su dignidad humana en otros aspectos pero ponían fin a la persecución.
No obstante, ninguno de sus derechos les fue restituido hasta la actualidad.
[16] Después de la brutal persecución, los alemanes intentaron recuperarse en sus nuevas ubicaciones, donde su población se incrementó ligeramente, y continuar preservando su identidad cultural.
Una propuesta en junio de 1979 pidió una nueva República Autónoma Alemana en Kazajistán, con capital en Ermentau.
La mayoría de los alemanes que se radicaron en la región del Volga emigraron desde Hesse y el Palatinado, y hablaban dialectos hessianos y fráncico renanos,[17][18] es decir, dialectos del alto alemán, lo que hizo que colonos de otras regiones, e incluso de otros países como Suecia, fueran asimilados.
En el dialecto alemán del Volga uno puede decir:[17] Algunas otras palabras: Si bien arriba se intentaron transcribir los ejemplos de acuerdo a la pronunciación que tendrían en el dialecto, vale aclarar que la forma dialectal nunca tuvo forma escrita, ya que los alemanes del Volga no modificaban la grafía de las palabras, sino que tenían sus propias particularidades de pronunciación, tal como se da en la diversidad del castellano.
La siguiente lista no es exhaustiva, sino que apenas menciona algunos ejemplos: