La Revolución del 50

Frente a estos acontecimientos, las clases no pudieron dictarse normalmente, pues los alumnos, luego del violento anuncio, se declararon en Huelga Estudiantil, exigiendo varias reclamaciones en un pliego de reclamos que entregaron al Director Juan Zela Koort.

Entre las reclamaciones presentadas por los alumnos de la “I” se conocen las siguientes: El prefecto de Arequipa, Daniel Meza Cuadra, comunica que si no deponen su actitud por las buenas habrá que sacarlos utilizando la fuerza pública.

De pronto estalló, sin que nadie lo previera, una bulliciosa carga contra la caballería, agitando latas, lanzado piedras y gritando como salvajes, según anotó un testigo del incidente.

No pocos policía fueron lanzados al suelo, cuando el jefe del piquete logró controlar a sus hombres.

Entonces, un gran número de estudiantes había logrado ingresar al plantel por una estrecha puerta del lado norte.

Y aunque no utilicen sus fusiles ¿qué harán cuando los soldados carguen contra ustedes la bayoneta o los agarren a culatazos?

Se para esa hora no han desocupado totalmente el Colegio ordenaré a las tropas que los desalojen por la fuerza.

Sólo podremos conversar hasta las 3:00 de la tarde para decirme que van a salir del colegio y me lo entregarán.

Varios guardias sufrieron lesiones en el cuerpo, en los brazos cuando se agolparon ante la puerta y fueron blanco fácil de los proyectiles que eran disparados desde arriba por los alumnos.

La batalla seguía donde varios guardias fueron despedidos sangrantes, maltrechos y golpeados a raíz del enfrentamiento.

En el tópico estaban como cinco o seis chicos lesionados en las bancas del pasadizo curándose.

Estaba con las manos en los bolsillos del manchado pantalón de trabajo viendo como el camión militar arremetía contra la puerta que él había contribuido a construir, cayendo al suelo de espaldas sin pronunciar grito alguno.

Persona ajena a cualquier acontecimiento, él no tenía que ver nada con la huelga.

Los alumnos Bernadino Trelles y José Luis Vera fueron heridos de bala; los alumnos al ver que ya no estaba el auto del prefecto y tampoco el jeep de los milicos, comenzaron a sacar a los heridos para que sean atendidos, al no haber camillas se utilizaron las escaleras de la construcción para transportar el cadáver del obrero Callata y demás heridos.

En la esquina de la plazoleta con Piérola, había una botica que se la llamaba La Merced del doctor Oscar Álvarez Bisbal, profesor de química del colegio, quien se ofreció a atender a los heridos en su botica, cuando pasó por allí la procesión.

En el Hospital Goyeneche finalmente fueron atendidos los alumnos junto con algunos civiles y policías que también resultaron heridos.

Un exalumno decía: “Su gesto quedará eternamente en nuestros corazones y la vida las recompensará con creces…” Tal como habían venido, uno a uno, mujeres y hombres, se retiraban después de estrechar las manos de los alumnos.

Al final Zazarini volvió a cerrar la reja con los gruesos alambres de siempre.

Ese día el Colegio Independencia estaba congestionado de mucha gente.

Ese día en el interior del Colegio se hizo una olla común.

Este acontecimiento causó una tremenda emoción en los alumnos, pero a la vez mucho temor, pues no era correcto tener dicho armamento en el Colegio.

A este duelo se sumó el Paro General, pues todas las actividades fueron levantadas.

Ese mismo día se formó la Guardia Urbana para evitar los saqueos y los ataques a la propiedad privada.

Ese mismo día, una gran turba de manifestantes se dirigieron rumbo al Casino Militar asaltándolo y destruyendo los enseres del local, la biblioteca y todos los útiles que se encontraron.

La multitud sacó los muebles, enseres y los quemaron frente a la calle Mercaderes.

En otros lugares como el Parque Duhamel, Plazoleta del Mercado San Camilo, el local de la Luz Eléctrica, emisoras locales, puente Grau, algunos miembros del Ejército y de la Policía fueron desarmados.

El mismo día, en Yanahuara, un grupo de manifestantes furiosos asaltaron la casa del prefecto coronel Daniel Meza Cuadra, causándole serios daños.

Salió una Comisión Parlamentaria de la Municipalidad, integrada por los señores Dr. Javier Belaúnde, Carlos Bellido, Dr. Arturo Villegas y Arnoldo Guillén.

A partir del día Viernes 16 la ciudad fue normalizándose paulatinamente y el sábado 17 casi ya no se oían disparos.

Las heridas abiertas provocaron un sentimiento de rechazo a la dictadura del General A. Odría.

Los Alumnos del Colegio Independencia Ämericana toman el local del Colegio el día lunes 12 de junio de 1950
Coronel Daniel Meza Cuadra y la represión de las Fuerzas Armadas
Alumnos resguardando uno de los portones del Colegio
Registro histórico de un agujero en el reloj de la catedral de Arequipa, producto de un impacto de bala producido durante la revolución de junio de 1950.
Alumnos parapetados en los pabellones del Colegio Independencia
La Policía en las calles de la Ciudad de Arequipa
Grupo de mujeres, en su mayoría madres y alumnas de otros colegios, dando de comer a los alumnos.
Una de las barricadas levantadas por los alumnos del Colegio Independencia
Barricada levantada en la esquina de Cruz Verde con Pte. Bolognesi
Manifestación y Cabildo Abierto en la Plaza de Armas de Arequipa
Veteranos de la Promoción 1951: Neira, Podestá, Gutiérrez y Vizcardo, del Cuarto B.