Listeria monocytogenes

[6]​ La infección por Listeria monocytogenes, en el contexto del embarazo, suele diagnosticarse de forma tardía, produciéndose un cuadro muy grave, llamado granulomatosis infantiséptica, llegando a provocar abortos.

Listeria monocytogenes es un patógeno facultativo intracelular que puede crecer en los macrófagos, las células epiteliales y los fibroblastos en cultivo.

Puesto que estos microorganismos nunca son extracelulares, los anticuerpos humorales del huésped no serían efectivos.

[5]​ Listeria monocytogenes se desarrolla muy bien en agar sangre generando colonias grisáceas y presentando beta hemólisis.

[6]​ Listeria monocytogenes presenta un metabolismo fermentativo al generar ácido a partir de la glucosa y por producir acetona, lo que conlleva a una reacción de Voges-Proskauer positiva y no fermenta la xilosa.

[10]​ Al ser la listeriosis una enfermedad relativamente rara en humanos, no hay estudios prospectivos y controlados que establezcan el mejor tratamiento antibiótico.

En las enfermedades graves como la cerebritis o la granulomatosis infantiséptica, el inicio precoz del tratamiento es fundamental para el control de la infección.

En aquellos pacientes con meningoencefalitis pueden asociarse aminoglucósidos, administrados por vía intratecal, al tratamiento base de penicilina o ampicilina.

La combinación de trimetoprim y sulfametoxazol se ha utilizado con éxito en pacientes alérgicos a penicilinas, considerándose en la actualidad la terapia alternativa en esta circunstancia.

Parece conveniente, por tanto, prolongar la terapia entre tres y seis meses en estos casos.

En general dos semanas parecen ser suficientes en bacteriemias mientras que en meningitis se deberían utilizar ciclos más largos.

Invasión y replicación de Listeria monocytogenes en el citosol.
Actualmente se utilizan nuevas tecnologías para la detección de Listeria monocytogenes en alimentos. [ 15 ]