Terapéuticamente, la oxacilina es considerada equivalente a la nafcilina, aunque difieren en su seguridad farmacológica.
[1] La oxacilina se indica en el tratamiento de infecciones por estafilococos, excepto las causadas por cepas resistentes a la meticilina.
La oxacilina es la primera opción en el tratamiento de la endocarditis causada por estafilococos en pacientes que no tengan válvulas cardíacas artificiales.
[2] La oxacilina se indica también en el tratamiento de la mastitis y osteomielitis, en cuyos casos el principal agente causal es el Staphylococcus aureus.
[3] Al igual que otros antibióticos betalactámicos, la oxacilina actúa inhibiendo la síntesis de la pared celular bacteriana.