Para conservar el calor y reforzar los vínculos sociales, los grupos se acurrucan juntos, formando una «bola de lémures».
Al igual que con otros lémures, el sentido del olfato es particularmente importante para ellos, y marca el territorio con sus glándulas odoríferas.
Se ha demostrado experimentalmente que estos lémures, a pesar de no contar con un cerebro de gran tamaño (en comparación con los primates simiformes), pueden organizar secuencias, comprender operaciones aritméticas básicas y seleccionar preferentemente instrumentos basándose en sus propiedades funcionales.
Aunque está clasificado como especie en peligro en la Lista Roja de la UICN, y está amenazado por la destrucción de su hábitat, se reproduce fácilmente en cautividad y es el lémur con mayor población en zoológicos a nivel mundial, con unos 2000 individuos.
[13][12][14] La radiación evolutiva y la especiación posteriores crearon la diversidad de lémures malgaches que podemos ver en la actualidad.
Sin embargo, las diferencias en la relación entre la órbita (cuenca del ojo) y el hocico sugieren que el lémur de cola anillada y los lémures marrones o verdaderos desarrollaron sus caras alargadas de forma independiente.
También se pueden encontrar vibrisas ligeramente por encima de la muñeca, en la parte posterior del antebrazo.
[3] Las orejas son relativamente grandes en comparación con otros lémures y están cubiertas de pelo, con solo algunos pequeños penachos, si es que tiene alguno.
[3][4] Aunque se pueden ver pequeñas variaciones faciales entre individuos, no hay ninguna diferencia apreciable entre sexos.
La piel es lisa, pero la textura curtida de las manos y los pies facilita el desplazamiento por tierra.
El área circumanal (alrededor del ano) y el periné están cubiertos de pelo.
A pesar de estar situado en un ángulo recto con la palma, el pulgar no es oponible, ya que la unión es fija.
[34] Es un primate omnívoro oportunista, aunque su dieta está formada fundamentalmente por fruta y hojas, en especial las del tamarindo (Tamarindus indica), conocido localmente como kily.
[25][34] Cuando está disponible, el tamarindo conforma el 50 % de su dieta, sobre todo durante la temporada seca invernal.
Los machos transferidos recientemente, los machos viejos o los jóvenes que todavía no han abandonado su grupo natal son por lo general los de menor rango, permanecen en la periferia del grupo y tienden a ser marginados de la actividad grupal.
La disgregación de grupos ocurre cuando se hacen demasiado grandes y los recursos escasean.
A pesar de ser un animal cuadrúpedo estos lémures pueden levantarse y balancearse sobre sus patas traseras, por lo general para demostraciones agresivas.
En estos enfrentamientos los rivales utilizarán diversas actitudes agonistas, como la mirada fija, amagos de embestida y ocasionalmente agresión física, y concluyen cuando los miembros del grupo se retiran hacia el centro del territorio.
Para realizar el marcado en superficies verticales se colocará haciendo el pino (cabeza abajo), agarrando el punto más alto con los pies mientras aplica su olor.
[39] En demostraciones agresivas, los machos se involucran en un comportamiento de demostración social llamado «lucha apestosa» (stink fighting), que implica impregnar sus colas con secreciones de las glándulas odoríferas braquiales y antebraquiales y después agitarlas ante sus rivales.
[48] Una hembra receptiva puede iniciar el apareamiento ofreciendo su trasero, levantando la cola y mirando al macho deseado por encima del hombro.
El macho más longevo del que se ha informado alcanzó los quince años de edad.
En segundo lugar, un lémur de cola anillada solo, acostumbrado a una vida en grupo, puede que no responda bien al aislamiento en las pruebas de laboratorio; los estudios pasados han reflejado un comportamiento histérico en estos escenarios.
[52] Por todo ello, estos estudios iniciales llevados a cabo con los lémures por lo general no son tenidos en cuenta en las investigaciones realizadas con posterioridad.
Finalmente, la sequía periódica habitual en el sur de Madagascar puede afectar a poblaciones ya en decadencia.
Debido al elevado éxito de la cría en cautividad, la reintroducción es una opción a tener en cuenta si las poblaciones salvajes continúan decayendo.
Aunque las liberaciones experimentales han resultado exitosas en la isla Santa Catalina (Georgia), demostrando que los lémures cautivos pueden adaptarse fácilmente a su ambiente y desplegar un comportamiento natural, la liberación de ejemplares cautivos no está considerándose en la actualidad.
En Madagascar se le conoce localmente como hira o maky (maki en francés).
[65] La primera mención del lémur de cola anillada en la literatura occidental fue en 1625, cuando el escritor y viajero inglés Samuel Purchas los describió como unos animales comparables en tamaño a un mono que tenían una cola larga parecida a la de un zorro con anillos blancos y negros.
Esta especie también desempeñó un papel en la comedia cinematográfica de 1997 Criaturas feroces, protagonizada por John Cleese, un gran apasionado por los lémures.