[1][2] La cara externa del prepucio es la prolongación de la piel que cubre el tronco del pene; la cara interna es una membrana mucosa, similar a la que se encuentra en el interior de los párpados o la cavidad oral.
El término fue acuñado por el investigador médico John R. Taylor que realizó y publicó diversos estudios sobre esta estructura, por tal motivo en ocasiones a la banda acanalada también se le da el nombre de banda de Taylor.
En esta etapa, el prepucio y el glande comparten un epitelio (capa mucosa) que fusiona a los dos juntos.
Se acepta que su función primordial es proteger el glande, pero hay opiniones dispares sobre su papel de defensa ante infecciones o en la sensibilidad.
En 2007, la Organización Mundial de la Salud manifestó que había "debate sobre el papel del prepucio, con posibles funciones que incluyen mantener el glande húmedo, proteger el pene durante el desarrollo en el útero y aumentar el placer sexual gracias a la presencia de receptores nerviosos".
[ cita requerida ] El prepucio contiene corpúsculos de Meissner, unas terminaciones nerviosas involucradas en la sensibilidad táctil fina.
[6] Los hallazgos de otros estudios histológicos sugieren que el prepucio "no tiene ningún papel en la sensación sexual".
[7] Simmons y otros (2007) afirman que "dado que ahora somos capaces de tratar con eficacia las enfermedades relacionadas con el prepucio, algunas sociedades están cambiando hacia la conservación del prepucio" aplicando tratamientos no traumáticos y con fuertes cuestionamientos éticos como lo es la circunción.
En muchas ocasiones se confunde esta patología con un exceso de piel, por lo que los especialistas insisten en que si la piel prepucial baja libremente y no hay presión mientras se produce la erección, no existe riesgo de fimosis.
Una afección llamada parafimosis puede ocurrir si un prepucio estrecho queda atrapado detrás del glande y se hincha como un anillo restrictivo.
El liquen escleroso es una afección inflamatoria cutánea crónica que se produce con mayor frecuencia en las mujeres adultas, aunque también puede ser visto en los hombres y los niños.
[12] Los motivos más frecuentes para circuncidar son religiosos y culturales normalmente relacionados con identidad de grupo.
Posterior a sublevaciones se convirtió en identidad de grupo, justificada por líderes político-religiosos, como mandato divino para las nuevas generaciones.