Se caracteriza por eritema y edema de la piel acompañada en ocasiones con secreción.
Además cualquier otra enfermedad concurrente que produzca inmunosupresión, favorece la aparición de esta patología.
Puede conducir a la fimosis, úlceras superficiales y enfermedades de los ganglios linfáticos inguinales.
Los antibióticos y antimicóticos puede ser usado para tratar la infección,[1] pero una buena higiene, como mantener el área seca es esencial para detener la repetición, sin embargo el exceso de lavado con jabón puede causar dermatitis de contacto.
Postitis y balanitis (inflamación del glande) suelen aparecer juntos como balanopostitis.