Vibrisas

[3]​ Si bien se hallan en varias partes del cuerpo, las vibrisas faciales son las más estudiadas.[4]​ También poseen elementos similares algunas plantas como las dioneas o atrapamoscas, a las que les ayudan a percibir los insectos cuando se posan sobre alguno de sus seis pelos, cerrando después sus dos mitades para digerirlos una vez atrapados.En los animales las vibrisas tienen una raíz muy sensible que les permite, en muchos casos, detectar corrientes de aire.Esto, unido al sentido del olfato, les hace percibir el origen de los olores.La nutria tiene un hocico ancho poblado de largas vibrisas que le permiten captar las vibraciones producidas por sus presas al moverse en aguas turbias.
Las amplias vibrisas de un gato le permiten moverse sin ruido en espacios estrechos.
Vibrisas del chotacabras
Vibrisas supraorbitales y macrovibrisas mistísticas de un gato doméstico.