Juan José López Ibor

En 1934 pasó a ocupar la misma cátedra en la Facultad de Valencia, donde trabajó con el catedrático y rector Juan Peset.

En la capital navarra, colaboró en un periódico local, publicando artículos con el seudónimo de Pablo Marco.

A su conferencia asistieron un grupo de médicos, escritores y políticos.

[8]​ En los años 60, Juan José López Ibor practicó lobotomías y terapias de electrochoque a pacientes psiquiátricos para «curar» la homosexualidad durante la dictadura.

La vivienda contaba con una treintena de habitaciones, todas ellas con unos «enchufes especiales» para conectar el «electroshock», que el psiquiatra aplicaba sin consentimiento del paciente o de la familia.

La revista Interviú recogió un fragmento de una conferencia suya en Italia en 1973 donde decía: «Mi último paciente era un desviado.

[cita requerida] Católico ferviente, asesoró al Vaticano en temas como la nulidad matrimonial o los métodos anticonceptivos femeninos.

Cuando se trama la conspiración militar del 42, López Ibor está en esa conspiración, reuniones en su casa, contactos (...) Esa postura antifranquista le lleva a chocar con José Ibáñez Martín.

[13]​ Concluida la Guerra Civil, se posicionó a favor de la restauración borbónica.

Por ello tuvo que trasladarse desde la facultad de medicina al Instituto Cajal del CSIC.

No encontraba contradicción entre ciencia y fe, a diferencia de lo tradicional en el ámbito anglosajón.

Se alejó de los postulados dualistas cartesianos para defender la “unidad sustancial” de cuerpo y espíritu, perspectiva más cercada al tomismo[15]​ que defendía la Iglesia.

[16]​ Su trabajo estuvo fuertemente influido por la fe católica que dirigió toda su obra,[5]​ así como por su cercanía al Opus Dei.

[17]​ Curiosamente, fue la lectura de Freud la que marcó su vocación hacia la psiquiatría en años tempranos.

[23]​ Juan José López Ibor, hubiera sido, en definitiva, un indiscutible protagonista de la historia de España que ayudó a sostener las bases de la represión católica y homófoba y ayudó a construir una "justificación teórico-ideológica" para la violencia ejercida por el Estado hacia la disidencia política e identitaria.

[26]​ En lo que se refiere a la estigmatización de la homosexualidad como una enfermedad, y la utilización de tratamientos como el electro-chok (con efectos colaterales perniciosos para la salud), desgraciadamente no fueron fenómenos genuinamente franquistas ni novedosos en aquella época.

[27]​ Fue miembro de:[1]​ López Ibor fundó las siguientes revistas y colecciones: Fue un conferenciante prolífico.