Juan Francisco Borges

Juan Francisco aprendió a leer y escribir de sus padres, ya que para ese entonces no había escuelas públicas en su ciudad natal.

Manuel Borges siempre llevaba consigo a su hijo Juan Francisco en sus viajes comerciales para que fuera aprendiendo los secretos del negocio.

Por intervención del virrey Rafael de Sobremonte fue absuelto y dejado en libertad en 1798.

Pero al año siguiente tuvo un conflicto con Domingo A. Achával, por lo que nuevamente fue arrestado y luego liberado regresando a Santiago del Estero.

En 1801 hizo una campaña al Chaco, buscando el casi mítico "Mesón de Fierro", un enorme meteorito muy conocido por los indígenas, pero cuya ubicación se había perdido.

[4]​ Viajó en 1802 a España, y estando en Madrid realizó gestiones para ser sobreseído en algunas causas judiciales que tenía pendientes.

En ese mismo año, el rey le otorgó un privilegio económico por sus servicios a la Corona.

Estuvo en España seis años conociendo cómo era el sistema de gobierno y qué pretendía la realeza.

Con ella tuvo un solo hijo, Juan Francisco Segundo, quien luego llegaría a ser el primer gobernador constitucional de su provincia.

[7]​ Ya ascendido a teniente coronel, se le encargó la formación de un regimiento.

Fue así que creó el Batallón de Patricios Santiagueños, integrado por tres compañías.

Nada de esto podía dejar contento a Borges, que rápidamente se fue definiendo como un autonomista y federal.

[10]​ Sin embargo, Aráoz reaccionó rápidamente: sólo cuatro días después, un contingente de milicias tucumanas integrado por cincuenta hombres y dirigido por el comandante Juan F. Lobo, tomó la ciudad por asalto y Borges fue herido.

Fue perdonado por el Congreso y poco después escapó de la prisión domiciliaria en que se hallaba y se asiló en Salta, bajo la protección del gobernador Martín Miguel de Güemes.

Desde allí se comunicó con el general José Rondeau y le informó los sucesos acaecidos.

[7]​ Borges regresó a Santiago del Estero y preparó una segunda revolución separatista.

Eran 200 infantes, 50 dragones y dos piezas de artillería al mando del coronel Juan Bautista Bustos, el coronel José María Paz y el mayor Gregorio Aráoz de Lamadrid.

Su rectitud y sus escrúpulos no privaron al ejército patriota de aquellos socorros que tanto necesitaba.

[11]​ Ante el avance de las tropas enviadas por Belgrano y estando en evidente inferioridad numérica, Borges se retiró hacia Loreto, donde pudo reunir unos 500 hombres.

Cuando Paz llegó a la chacra, Fray Esteban Ibarzábal ya le había brindado a Borges los auxilios espirituales; además se le había entregado una pluma y papel para que redactara su última voluntad.

[15]​ Se dijo que media hora después le llegó un indulto decretado por Belgrano, ordenando no ejecutarlo.

Dijeron de él que mientras estuvo en Europa no formó parte de las sociedades secretas o logias que se organizaban para liberar a las colonias, no tuvo contactos con San Martín, Alvear y otros.

Juan Francisco Borges.
Busto de Juan Francisco Borges en el Parque Aguirre de la ciudad Santiago del Estero.