El topónimo deriva del árabe شارقة (šāriqa), «falda oriental [de una montaña]».
[3] En documentos árabes aparece mencionada también como قلعة الاشراق (qalʿa aš-širāq), «castillo de los jerifes».
[3] Está constatada la presencia humana desde el periodo neolítico gracias a los restos encontrados en la cueva de los Herreros.
Jérica fue entonces devuelta a Pedro IV el Ceremonioso como bien real.
La incorporación de Jérica a la Corona Real duró poco tiempo: en 1417 siendo rey Alfonso V la donó en señorío a su hermano, el infante Don Juan.
El señorío de nuevo duró pocos años y en 1431 el infante don Juan lo vendió de manera ilegal a Francisco Zarzuela.
Las cosas continuaron así hasta que en 1479 las conversaciones de los jericanos con el rey Fernando el Católico dieron sus frutos y la villa fue de nuevo incorporada a la Corona.
Se produjo entonces un litigio entre los gobernadores de la villa y el entonces emperador Carlos I, al que se le solicitó de nuevo la incorporación al dominio real.
Así, y durante el gobierno de Felipe I, siendo 1564, Jérica fue ya plenamente incorporada al dominio real.
En las Observaciones de Cavanilles a finales del s. XVIII; aparece mencionada Jérica, una villa situada en un cerro a una larga legua del poniente de Navajas, en una posición alta y destemplada.
En lo alto del cerro se eleva un castillo que fue respetable en otro tiempo por su posición.
A esta villa, en invierno, la combaten frecuentes y recios vientos del norte, lo cual no deja de producir alguna destemplanza atmosférica, mientras que en verano se presenta un clima templado y delicioso gracias a los vientos del mar.
En el último término del castillo se encuentra la torre del homenaje a 150 palmos de elevación, cuyos lados corresponden a los cuatro puntos cardinales.
Había una escuela nocturna de adultos, a la que asisten 69 labradores y 18 artesanos, otra de niños a cargo del mismo maestro, a la que concurren 80, y se les enseña leer, escribir, aritmética, historia sagrada y doctrina cristiana, ambas pagadas por fondos municipales, otra de niñas con 70 de asistencia también pagadas con estos mismos fondos y hubo hasta 1829 una clase de gramática latina.
También correo tres veces por semana, cuya administración subalterna antes residía en Jérica pero en 1840 fue trasladada a Viver, como cabecera del partido judicial.
El relieve del municipio está definido por el río Palancia, que discurre bastante encajado, y por un terreno montañoso irregular situado entre la Sierra de Espadán al norte y la Sierra Calderona al sur.
Tradicionalmente el sector primario ha mantenido una gran importancia en la economía jericana.