Mientras sus espías capturaban dos corsarios berberiscos y hundían cuatro en sus costas, Osuna colocó a Leyva al mando de una flota combinada con Orden de Malta y el Gran Ducado de Toscana para auxiliar con armas y municionas a los maynotas, rebeldes cristianos contra los turcos en la Morea.
[2] De camino Leyva apresó 11 caramuzales turcos y la galera del corsario Azán Mariol, que hostigaba Calabria.
[4] Con viento favorable, Rivera salió finalmente del puerto con las naves capturadas detrás mientras la artillería de Túnez y La Goleta caía sobre ellos.
[5] El San Juan había sufrido numerosos impactos, y uno de los buques capturados resultó tan dañado que se hundió sin remedio, pero Rivera regresó con todos los demás a Trapani, con sólo 30 heridos entre sus hombres y posiblemente 3 muertos.
[6] Luis Vélez de Guevara, en la obra celebratoria que escribiría sobre Rivera y Osuna, recordó la batalla con términos exaltados.