Las dos últimas dinastías, XIX y XX, se agrupan bajo el título de Período Ramésida.Las explotaciones mineras eran organizadas directamente por el gobierno faraónico y protegidas mediante presencia militar.La legitimidad del faraón se lograba mediante el matrimonio de este con su hermana; así, en este caso en particular, se buscaba mantener pura la descendencia de la familia del fundador Ahmose I.Derrotó a la confederación siria comandada por Kadesh en las cercanías de Meggido (Canaán), sorprendiéndolos por la retaguardia, y luego tomó la ciudad.Durante el reinado del hijo de Tutmose III, Amenhotep o Amenofis II (1427-1400), se recrudeció la guerra con Mittani.Estas eran, de sur a norte: Canaán (con gobernador en Gaza), Apu (en Kumidu) y Amurru (en Simurru).Con Tutmosis IV, y en especial en el reinado de su hijo Amenofis o Amenhotep III (1390-1355), comenzó un período en el cual las relaciones internacionales con las potencias asiáticas (Mittani, Asiria, Babilonia, Hatti, Chipre) se desarrollaron en general amistosamente.Al parecer, Ajenatón estaba más interesado en temas religiosos o artísticos que en la administración del Estado.Hatti (reino de Anatolia central), al verse acorralado por sus vecinos, tuvo que basarse en su capacidad militar para sobrevivir como estado.Pronto surgieron reyes militarmente fuertes que dieron fin a una serie de crisis dinásticas.Más tarde logró instalar un rey pro-hitita en Mittani, apareciendo a su vez otro enemigo de los hititas apoyado por la vecina Asiria.Entre los pequeños estados pasados a Suppiluliuma había varios vasallos de Egipto: Kadesh, Amurru y Ugarit.Aunque Ugarit se hallaba distante de Egipto y era solo un vasallo nominal, en Amurru había un gobernador egipcio permanente.Más tarde los hititas avanzaron hacia el sur, alcanzando la zona de Damasco.La expansión hitita sobre el área de influencia egipcia se explica en primer lugar por su capacidad militar y porque coincide con las reformas de Ajenatón, parece estar demostrado que ellas trajeron conflictos internos durante el reinado del propio faraón y, con seguridad, tras su muerte.El chaty Jeperjeperura Ay sucedió al joven Tutankamón, proclamándose rey (1327-1323) y dando fin a la dinastía XVIII.De él se conocen unos edictos que intentan poner orden con mano dura.No se puede establecer un límite exacto del poder de las dos potencias (Egipto y Hatti).Fortaleció su posición en la zona de ocupación egipcia, y avanzó con su ejército hacia el norte.En todo caso no fue una victoria definitiva, y las respectivas esferas de influencia se mantuvieron aproximadamente como estaban; además, más tarde se selló un tratado de paz entre Ramsés y el sucesor hitita Hattusili III.Al final del reinado de Ajenatón, el modelo religioso atonista estaba colapsado.Ahora bien, terminada la guerra contra los hititas, Ramsés II se propuso integrar política y culturalmente las posesiones asiáticas a Egipto.Según el libro del Éxodo, los israelitas fueron empleados en su construcción, así como en la ciudad de Pitom, situada está en la misma región, aunque más al sur.Esto concuerda además con el carácter militarista de la dinastía Ramésida, ya que Seth era un dios guerrero.Recordemos que a partir de cobre y estaño se produce el bronce.Durante los próximos treinta años el trono fue ocupado por reyes débiles, llamados asimismo Ramsés.Las décadas siguientes están signadas por la disputa entre el clero de Amón en Tebas y la monarquía.Acaso la nueva ascensión de Amón en Tebas tuvo que ver con la decadencia del delta, debido a las continuas invasiones.Los monarcas, sin poder real, se mantuvieron al margen, hasta que un Sumo Sacerdote intentó realizar un golpe de Estado.Esta división marca el comienzo del Tercer periodo intermedio de Egipto.