Sin embargo, por azares del destino, a la muerte de su padre ya habían fallecido los posibles candidatos al trono y pudo ser coronado rey.Por ello, en vez de hacer como sus antecesores, que legitimaban su acceso al trono gracias a la intercesión de Amón, Tutmosis IV optó por declarar que era el dios Ra, quien le aseguró que sería rey si desenterraba de la arena y si representaba la figura en el escudo de sus soldados (recordando la frase In hoc signo vinces) a la Gran Esfinge, que yacía semienterrada desde hacía varios siglos, y olvidada por todos.Sin embargo, debido a no ser el hijo de una Gran Esposa Real, Tutmosis IV tuvo que casarse con dos medio-hermanas suyas, las princesas Iaret y Nefertari, con las que tuvo infinidad de hijas.Murió joven, y le sucedió su hijo mayor, Amenofis III, un niño de doce años por entonces.Tutmosis IV erigió un hermoso templo funerario en el Valle de los Reyes.