[5] La religión es descrita como monoteísta o monolatrista, aunque algunos egiptólogos sostienen que era de hecho henoteísta.
Sin embargo, los faraones que le siguieron destruyeron el movimiento tras su muerte, restaurando así la religión politeísta tradicional.
[22] Después de varias expediciones exploratorias en Amarna, la religión ha mostrado un papel importante en la historia egipcia.
[28] Las tumbas de varios cortesanos atonistas en Ajetatón tienen oraciones o himnos similares hacia la deidad solar.
[41] Se tiene poca información sobre este aspecto, el atonismo aparentemente seguía un sistema jerarquizado de organización, dirigido por los sumos sacerdotes que a su vez son faraón y reina.
Eso puede sugerir que ella también tuvo un papel oficial prominente en el culto a Atón.
[49] Las representaciones artísticas de Akenatón generalmente le dan una apariencia inusual, con extremidades delgadas, un vientre prominente y caderas anchas.
[56] En el caso de Akenatón, es retratado en un ambiente íntimo con su esposa principal, Nefertiti, y sus hijas, las seis princesas.
[61] En varias esculturas del faraón, si no la mayoría, tiene caderas anchas y una barriga visible.
La cara es completamente simétrica y casi intacta, pero el ojo izquierdo carece de la incrustación presente en la derecha.
[70] Desde la presentación oficial del busto en Berlín en 1924, las autoridades egipcias han exigido su regreso a Egipto.
[73][74] En 1933, Hermann Göring consideró devolver el busto al rey Faruq de Egipto como un gesto político, Hitler se opuso a la idea y le dijo al gobierno egipcio que construiría un nuevo museo egipcio para Nefertiti.
Eran más pequeños, con santuarios abiertos al sol, que contenían grandes cantidades de altares.
[98] La estela K presenta una descripción de los eventos que se celebraban en Amarna: Este texto continúa diciendo que Akenatón hizo una gran ofrenda al dios Atón "y este es el tema [de la ocasión] que se ilustra en las estelas donde se encuentra con su reina y su hija mayor ante un altar colmado con ofrendas debajo de Atón, mientras brilla con sus rayos".
[124] Embajadores escribían que ya no eran respetados y militares expresaban su alerta por el mal estado del ejército.
[129] Sus súplicas de ayuda fueron evidentemente dejadas sin respuesta y causaron mucha incomodidad a Akenatón.
[130] El rey permaneció leal a Egipto, informando sobre la situación y pidiendo ayuda hasta su desaparición histórica después de ser forzado al exilio.
[133][134] Lo que ya son hechos comprobados es el envío de tropas Medjay a Canaán y que en contraste con su pasividad en Asia, en África se realizó al menos una expedición militar en Nubia en el año 12 del reinado de Akenatón.
[138] Solo la provincia fronteriza egipcia de Amurru en Siria alrededor del río Orontes se perdió permanentemente.
[147][148] Tras mover la capital, Tutankatón y su reina eliminaron el “Atón” de sus nombres, reemplazándolo con “Amón”.
[150] Los sacerdotes tuvieron sus posiciones restauradas y se les otorgó un decreto de protección real para asegurar su futura estabilidad.
[155] Tras su llegada al trono, Horemheb inició una serie de reformas para sacar a los atonistas del gobierno.
Los resultados se publicaron finalmente en Denkmäler aus Ägypten und Äthiopien entre 1849 y 1913, incluido un mapa mejorado de la ciudad.
Al publicar sus resultados y reconstrucciones rápidamente, Petrie pudo estimular un mayor interés en el potencial del sitio.
[179] En los primeros años del siglo XX (1907 a 1914), la expedición Deutsche Orientgesellschaft, dirigida por Ludwig Borchardt, excavó ampliamente en los suburbios norte y sur de la ciudad.
En muchos aspectos, el libro reitera la teogonía que Freud argumentó por primera vez en Totem y tabú.
[194] Donald B. Redford escribió una crítica mordaz en la que dice: "El autor trata la evidencia tan caballerosamente como le plazca.
[202] Es ampliamente aceptado que existen fuertes similitudes estilísticas entre el Gran Himno de Akenatón a Atón y el Salmo bíblico 104, aunque esta forma de escritura se generalizó en la antigua himnología del Cercano Oriente tanto antes como después del período.
Donald B. Redford ha notado que algunos han visto a Akenatón como un presagio de Jesús.
Como sumo sacerdote, profeta, rey y divino, reclamó la posición central en el nuevo sistema religioso.