Los romanos no pretendieron inicialmente imponer su sistema monetario ni el latín (se utilizaron hasta seis alfabetos distintos, incluyendo las distintas variantes de alfabetos iberos), siendo muy diversos los motivos iconográficos, aunque fue muy extendido el del "jinete ibero" y la cabeza de Hércules.
A veces, la aleación metálica no se ajustaba a la normativa establecida por el califa omeya Abd al-Malik y se empleaba menos metal precioso en las cecas para la elaboración de monedas, lo que suponía un fraude económico.
La caligrafía o epigrafía que exhibieron estas monedas también presentó una figura y un diseño generalmente deteriorados.
Esto también sucedió en la época almorávide, algunas de cuyas monedas presentaron leyendas realizadas en habilísimo y sinuoso estilo nasjí.
Fue también, al igual que Senabria, sede de una ceca visigoda bajo los nombres CALAPA y CALAPACIA, si bien este caso con una mayor proyección temporal.
El patrón ponderal seguido por los visigodos, tanto en las monedas del reino de Tolosa como en el de Toledo, tiene como base ponderal la libra romana y sus pesos teóricos se ajustan a la reforma constantiniana del solidus aureus, pero con pesos más débiles.
Desde el siglo X, y en especial en el XI, son muy numerosas estas referencias a argentum o solidos Kacimies o mahometies, incluso se suman a la hora de hacer negocios, y los continuos hallazgos de plata cordobesa en el norte confirman su frecuente utilización, cuyo uso también debieron llevar al norte los mozárabes repobladores de extensas zonas del territorio, en especial la meseta del Duero.
Pero pronto... los cristianos exigirían cantidades anuales fijas (abonadas en mensualidades) bajo la amenaza de la guerra, convirtiéndose así en un ingreso ordinario que estaba sujeto a repartos y donaciones.
... Mis buenos Raquel y Vidas, vengan, vengan esas manos, guardadme bien el secreto, sea a moro o a cristiano, que os tengo que hacer ricos y nada habrá de faltaros.
De cobrar parias a moros el rey al Cid le ha encargado, grandes riquezas cogió, y caudales muy preciados, pero luego se quedó con lo que valía algo, y por eso se ve ahora de tanto mal acusado.
... Muy razonable será Mío Cid en este trato: poco os ha de pedir por dejar su haber en salvo.
Muchos hombres se le juntan y todos necesitados, el Cid tiene menester ahora de seiscientos marcos.
A lo largo del mismo también hubo alteraciones monetarias puntuales, depreciaciones que al igual que las de Alfonso X fracasaron porque pretendían mantener la relación anterior del vellón con el oro y la plata, al alterar la ley pero no el curso legal.
Por lo menos a finales de ese siglo XIV fueron circunstancias que influyeron en las tensiones sociales y violencias antijudías.
La reforma monetaria de Enrique III mantuvo su efectividad hasta mediados del siglo XV.
Hubo después en 1442 y 1462, efectos estabilizadores que no consiguieron sino todo lo contrario al objetivo buscado.
Estas alteraciones a las que se vio sometida la moneda fraccionaria, así como su acuñación en grandes cantidades, no dejaron indiferente al sistema monetario, que no tardó en verse afectado por las negativas consecuencias de estas medidas.
Hamilton ha estimado que en 1650 la circulación monetaria interior estaba compuesta por moneda de vellón en, al menos, un 92%.
También fueron motivo inspirador de poetas, como estos dos grandes rivales, ya a comienzos del siglo XVII:
... Cualquiera que pleitos trata, / aunque sean sin razón, / deje el río Marañón, / y entre el río de la Plata... Que pues, doblón o sencillo, Hace todo cuanto quiero, Poderoso caballero es Don Dinero.
Nace en las Indias honrado, Donde el Mundo le acompaña; Viene a morir en España, Y es en Génova enterrado.
... Y es tanta su majestad (Aunque son sus duelos hartos), Que con haberle hecho cuartos, No pierde su autoridad.
Los reinados de Isabel II y Alfonso XIII, representados en efigie desde niños en las monedas, permitieron que las sucesivas emisiones reflejaran su edad cada vez mayor.
Este certificado puede conseguirse en las ciudades principales pidiéndolo al contrastador o "fiel medidor", la persona autorizada legalmente a pesar esas monedas de oro que pasan por ser ligeras, y que todo el mundo sabe donde se encuentra.
Todo esto, sin embargo, conduce a constantes disputas y demoras, y el forastero debiera ser muy cauto por lo que se refiere a aceptar dinero de banqueros o comerciantes españoles, comprobando siempre que esas grandes monedas sean del peso debido.
Aconsejamos, sobre todo al viajero que vaya a salirse del camino real para visitar las ciudades y distritos menos frecuentados, que no lleve consigo ninguna onza, porque cuando se ofrecen estas grandes monedas en pago de algo en un pueblo pequeño son recibidas siempre con recelo.
La falta de monedas hizo que algunas cooperativas imprimieran vales provisionales para proporcionar cambio en las pequeñas operaciones.
[Se entiende "doce perras chicas", 60 céntimos, en vez de la "pesetilla" antes considerada]-Gracias.-Pues hasta el año que viene.
No dice el poema que sean en moneda, y luego describe cómo se recogen:]
En el patrón carolingio, cada "marco" (que pesa media "libra") se divide en ocho "onzas", en 10 "sueldos" o en 120 "dineros" (la moneda de plata).