En estos años trabajó bajo la dirección del profesor Joaquín María de Navascués, su maestro y guía científico.
Hasta 1964-65 simultaneó las dos especialidades: la numismática y epigrafía por un lado, y la Historia Universal de la Edad Media por otro.
Desde el curso 1966-67 fue Secretaria del Departamento de Paleografía y Diplomática.
Con su trabajo y tesón logró que las Ciencias y Técnicas Historiográficas (epigrafía, numismática, paleografía y diplomática) tuvieran una presencia importante en los planes de estudio de diversas licenciaturas de Historia, Historia del Arte y Filología, incluyéndolas también en la nueva Escuela Universitaria de Biblioteconomía y Documentación.
La escritura fue la principal línea de investigación en su actividad epigráfica.
Definió a la Numismática como Ciencia histórica independiente, con objeto y finalidad propias.
Algunos de sus principales trabajos son: “Las Monedas de oro de Enrique IV del Museo Arqueológico Nacional” en Numario Hispánico X-19/20 (1961); "Las Monedas Hispánicas del Museo Arqueológico Nacional", en colaboración con el Prof.