El ductus incluye el modo, dirección, secuencia y velocidad con la que se dibujan los trazos y rasgos que componen particularmente, las letras.
La escritura puede dividirse, a grandes rasgos, según su ductus, en sentada o cursiva.
En el habla, a diferencia del ritmo, el ductus es la cualidad performativa que surge mediante el accionamiento métrico de la lengua dispuesta para la voz.
Resulta un estilo y carácter específico del lenguaje en el tiempo.
Mientras que el ritmo está ligado al tempo, el ductus recoge diversas características del lenguaje performativo, como el tono y la altura del sonido y diferentes elementos estilísticos como la selección de palabras y la estructura de la oración, así como las influencias dialectales, la pronunciación o la entonación.