La guerra se libró principalmente en Galacia, Asia Menor, territorio que forma parte de la actual Turquía.
Manlio Vulsón regresó a Roma, donde fue acusado por sus enemigos políticos de amenazar la paz entre romanos y seléucidas.
[4] Derrotados totalmente, los seléucidas optaron por iniciar las negociaciones de paz con el general romano Lucio Cornelio Escipión Asiático.
Al día siguiente, Vulsón pasó revista a los soldados felicitándoles por su victoria sobre los sirios y proponiéndoles el inicio de una nueva guerra contra los gálatas asentados en Asia Menor.
[7] Como pretexto para iniciar la invasión, el general alegó que los gálatas habían suministrado apoyos a Antíoco durante la batalla de Magnesia.
[8] Esta guerra creó un precedente, era la primera vez que un general romano atacaba a una nación sin permiso del Senado o de la plebe.
[6] Este hecho se tornaría peligroso en el futuro, donde volvería a producirse en más de una ocasión.
Cuando entraron en la ciudad, el hijo de Antíoco, Seleuco, les ofreció trigo como parte del tratado que habían concluido tras la guerra.
[9] Este idílico paso a través de territorio hostil finalizó cuando los romanos atravesaron las tierras del tirano Moagetes, conocido por su crueldad.
Cuando los enviados llegaron, se dirigieron al cónsul de la siguiente manera, tal y como escribe el historiador Polibio: Los romanos quedaron aterrorizados por la enojada réplica del tirano y pidieron a su cónsul que concertara una entrevista con Moagetes para suavizar las relaciones, a la que Vulsón aceptó.
[11] Al día siguiente, el tirano salió de la ciudad y solicitó a Vulsón que aceptara los quince talentos prometidos.
[15] Los embajadores regresaron con buenas noticias para Vulsón, pues Eposognato había aceptado una alianza militar con la condición de que el ejército republicano no penetrara en sus tierras.
[18] La batalla, anteriormente equilibrada y cruenta, se tornó en una masacre cuando los romanos arrasaron el campamento gálata.
[21] Mientras marchaban hacia dicha conferencia, un regimiento de caballería gálata cargó contra Vulsón y su escolta.
[22] Las alas del ejército gálata resistieron por más tiempo, pero deshecho el frente, se vieron obligados a retirarse para evitar una masacre.
[25] Además de ello, Vulsón se dedicó a organizar territorialmente esta zona dividiéndola en dos áreas comprendidas entre Pérgamo y Rodas.