La batalla del monte Olimpo se libró en el año 189 a. C. entre los gálatas de Asia Menor y la alianza romano-pergamenea.
[8] A Vulsón se sumó Átalo desde Éfeso, el hermano del rey Eumenes II de Pérgamo.
Durante este tiempo, la infantería ligera reunió los proyectiles que encontró en los alrededores del campo de batalla y se preparó para un segundo ataque.
En este punto, la infantería pesada inició su carga, lanzó sus jabalinas, lo que causó aún más pánico.
Los galos huyeron del campamento en todas las direcciones, y el cónsul ordenó que se los persiguiera.
Como señala Tito Livio, fue difícil calcular el número de muertos por lo dispersos que se hallaban los cadáveres (tras la huida del campamento).